El fin de semana pasado fue el quinto seminario de la formación. Creo que, junto con el de diciembre (Casos complicados), es el más duro de la formación: Preconcepción y fertilidad natural y asistida el sábado y Acompañando el duelo el domingo. Ahí es nada.
El seminario de fertilidad lo dio Laura Rodríguez Sayd. Fue un seminario muy interesante y muy completo a nivel teórico. Hoy en día, es raro quien no conoce a alguien que ha tenido dificultades en la concepción o que ha pasado por uno o varios tratamientos de reproducción asistida. Sin embargo, es uno de esos temas que en la maternidad se considera tabú. No se habla mucho de ello, las parejas que están pasando por un proceso así no suelen contarlo y desde luego es muy raro que se hable del tipo de proceso que transitan, pues no es lo mismo una FIV que una ICSI o una IA. No es fácil que las personas que transitan un proceso tan duro como este, lo hablen libremente, Y no es fácil que, si lo hacen, encuentren el apoyo y la comprensión necesarios.
Pasar por un proceso así es muy, muy duro y complicado. Y eso que yo solo sé lo que es de refilón. Yo tengo, en teoría, dificultades para concebir. No es solo el útero bicorne, también el SOP, y aparentemente sólo una trompa "útil". Yo afronté mis ganas de quedarme embarazada bajo un frío "ponte y a ver qué pasa" del ginecólogo. Desde que tuve el diagnóstico hasta que empezamos la búsqueda, pasaron varios meses en los que yo tenía auténtico pavor a no lograrlo sin ayuda. De hecho, estaba tan convencida de que me iba a costar, que empezamos antes de lo que habíamos hablado, para que pasara el año cuanto antes y poder acudir a tratamientos... pero... como siempre en la vida, se trata de crecer y aprender... a pesar de mi desconfianza, Valeria decidió llegar al segundo mes de búsqueda, para incredulidad mía...
No obstante, el fantasma de las dificultades para concebir, gestar y parir, planea sobre mi, inevitablemente, ahora que estamos en la búsqueda de otro hijo... no puedo evitarlo, supongo que el TOC tiene mucho que ver, o tal vez es que se trata de que tengo que pasar por estas sensaciones... porque las pasé con Valeria y las paso ahora, conozco bien la sensación de estar "defectuosa" de que mi cuerpo "no sirve" o "no es bueno", y eso me ataca en la raiz misma de mi femineidad y de mi ser... es duro y complicado transitar por un camino así...y me parece que es un tema fundamental y necesario en una formación de doulas.
El seminario de duelo lo impartió Beatriz Fernández, que transmite luz y fuerza por cada poro de su piel. Fue un seminario muy, muy duro. Otro tema tabú, las pérdidas. Este mundo en que vivimos no nos permite transitar los duelos, sanar las heridas como debiéramos. Se nos exige productividad, no importan las circunstancias que estemos atravesando y se nos olvida que hay algo más importante que producir, que es SER... ser para uno mismo para poder estar para lo demás... lo que ocurre es que, no dejando transitar los duelos (cualquier clase de duelo, no importa el motivo), vamos llenando el mundo de almas inmóviles, enfermas y paralizadas que no pueden avanzar en sus vidas aunque aparentemente todo siga igual desde fuera... es fundamental y necesario dar un giro a esta cuestión, aprender desde pequeños lo imprescindible que es el trabajo interior, para poder seguir adelante y no quedarnos trabados, en el mejor de los casos ayudados por pastillas...
Espero, en algún momento, poder hacer una entrada sobre las pérdidas, pero no es algo que pueda aforntar ahora mismo, estoy trabajando en ello...
Algo que me dejó alucinada, fue que se habló, ambos días, de la actitud de ciertas doulas que critican todo lo que no es natural: se critican los procesos de fertilidad por no haber llegado a la maternidad de forma natural, por ejemplo. La verdad, me quedé en shock. Hace no mucho, una amiga embarazada, me decía que le daba cosa contactar con una doula, puesto que ella si necesitaba la epidural para parir la iba a usar y si no podía establecer la lactancia fácilmente, pasaría a biberones y le daba miedo que la doula la crtiticara. Me quedé pasmada, porque desde mi visión una doula nunca, jamás, juzga a una madre que acompaña. Si no se siente cómoda con las decisiones de la mamá, lo honesto es derivarla a otra doula que la acompañe, pero jamás criticat ni intentar convencer de actuar diferente, ni hacer sentir mal a la madre. Que este tema saliera en el seminario, me abrió los ojos, no es la percepción de algunas mujeres, es que realmente hay doulas así. Y me preocupa esto, porque entonces estas doulas no han entendido absolutamente nada.
Me parece que lo primero que hace falta para compañar es la humildad, para saber aceptar otras decisiones, por muy distintas que parezcan a las que nosotras tomaríamos y para nunca juzgar, pues es muy soberbio creerse en potestad de juzgar las decisiones que toma una madre. Lo segundo es la honestidad: con nosotras mismas (no puedo/quiero acomparañar a esta mamá por X o Y) y con la madre a la que acompañamos (no puedo acompañarte en este proceso porque no tengo las herramientas que me permitan hacerlo en condiciones). Y la tercera, la generosidad (no puedo acompañarte, pero no voy a dejarte colgada, conozco doulas que SÍ pueden hacerlo).
Son las reflexiones que me surgen después de este quinto seminario. Estaré encantada de leer vuestras opiniones al respecto.