Revista Salud y Bienestar
Aplaudo las señales que el Ayuntamiento de Madrid distribuyó por sus calles, en el contexto de una campaña que, desde finales del pasado año y en clave de humor amable, intenta fomentar el civismo en lo que respecta al mantenimiento de la limpieza en la ciudad.
La verdad sea dicha: en este país no estamos demasiado acostumbrados a que desde la administración se nos trate con amabilidad, más al contrario; en esta relación siempre me sentí como una bestia de carga a la que sancionar o multar, amén del desahucio fiscal al que estamos permanente sometidos (no debemos olvidar nunca que nuestra fiscalidad se encuentra entre las más altas de Europa, a pesar de nuestra precariedad salarial y laboral). Porque no deja de ser un contrasentido, uno de tantos, el que en un país en el que se sueltan vaquillas por doquier, en el que un buen número de ciudadanos mueren o resultan gravemente heridos tras los accidentes que se producen durante la celebración tales "festejos", te crujan por haberte quitado el cinturón de seguridad...
Puestas ya las señales y pasados un buen número de meses, ahora sólo falta que la ciudad luzca un poco más limpia, que no lo está...