Revista Cine

Sencillo, familiar y francés

Publicado el 02 noviembre 2013 por Jesusteatrero @jesusteatrero
Sencillo, familiar y francés
Hay que admitir que siempre es bienvenida una película sencilla, sin pretensiones, en apariencia humilde e incluso de metraje justo y no alargado. Es tipo de películas son habituales en el cine francés, orientadas a un público autóctono al que sus argumentos y situaciones son muy familiares.
Sencillo, familiar y francés
El postre de la alegría es una película simpática que retrata a una sociedad media-baja francesa que vive en primera persona la multiculturalidad, y también las situaciones habituales sobre el tráfico de drogas a pequeña escala. Se muestran todas estas facetas con una habilidad enorme, que hace que el espectador entre en la historia con gran facilidad.
Sencillo, familiar y francés
Todo el peso de la historia está soportado por Bernadette Lafont (la Paulette del título original), que sabe llevar un personaje que en principio se muestra desagradable, pero que a medida que avanza la historia, deja entrever la cantidad de aristas que posee una persona en su situación. Lafont maneja muy bien los diálogos ingeniosos, y los secundarios que la acompañan están en su misma sintonía.
Sencillo, familiar y francés
Es una verdadera lástima que una película de este tipo (pequeña, inocente, sencilla) quede eclipsada por el inadecuado recuerdo de otra película en su misma línea, y de la que sale muy poco favorecida. El jardín de la alegría (el juego de títulos es obvio), película de Nigel Cole con Brenda Blethyn, ya relató hace más de una década una situación similar. Es una lástima, porque sabiendo que la referencia es evidente, Jérôme Enrico no ha evitado la comparación.
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Independientemente de este punto, El postre de la alegría es una película que muestra las dificultades de las personas como la protagonista y su entorno. En clave de comedia se nos relatan unas situaciones muy tristes, y es por ello que esta historia no debería pasar desapercibida. Es un buen momento para reivindicar historias pequeñas y sencillas que, aunque puedan tomar una premisa alejada de la realidad, nos acercan a situaciones habituales en cada esquina.
Jonathan Sedeñoredactor de La Llave Azul | San Sebastián
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