Revista Aventura

Senderismo: Cuidado de la mochila.

Por Manil

En el equipo básico para hacer senderismo la mochila es indispensable. Este elemento te acompaña a todas tus rutas, y en su interior llevas (o deberías levar), todo lo que necesitas para disfrutar de tu jornada de montaña. 

mochilas
Pero te voy a contar un secreto (aprovechando que no nos oye nadie, así, entre tú y yo): no todas las personas tienen tan clara su importancia (o al menos, no son conscientes de ello).

Una de las cosillas que hacemos los monitores antes de iniciar una ruta de senderismo en grupo, es pegar una mirada al equipo que llevan los participantes: calzado, sombrero o gorra, bastones, y por supuesto, la mochila… Y he de decirte que algunas no están tan cuidadas como deberían. 

Aunque estoy seguro de que tú no te encuentras en ese reducido número de personas que descuidan su mochila, seguro que este artículo te será muy útil.

El uso intensivo de la mochila hace que se tenga que extremar su cuidado. Suciedad, sudor, restos de comida, manchas de resina, manchas de musgo o polen, son solo algunos de los elementos hostiles que acaban en tu mochila después de una ruta de senderismo y que debes mantener a raya si quieres tener tu equipo siempre listo.

Senderismo: Cuidado de la mochila.
Barro, resina, musgo, polen o sudor, ensucian nuestras mochilas.

Para hacerlo correctamente, hay que diferenciar dos niveles de mantenimiento, uno «diario» (unas pautas que seguirás cada vez que vuelvas del monte), y otro «a fondo» (que solo harás de manera excepcional cuando el estado de tu mochila así lo exija y tengas el tiempo suficiente para hacerlo). 

Mantenimiento diario

Acabando una ruta de senderismo
El mantenimiento diario de tu mochila debes hacerlo lo antes posible y no aplazarlo nunca a la víspera de tu próxima ruta de senderismo. Lo recomendable es hacerlo al volver del monte, antes de guardar tu mochila. Si en ese mantenimiento (que incluye una inspección de los elementos de sujeción), descubres alguna rotura y lo has dejado para última hora, no tendrás tiempo ni margen para subsanar el problema (por ejemplo, no podrás llevar la mochila al zapatero para que te refuerce una de las costuras de las cintas de fijación que esté empezando a descoserse).

Puntos clave del mantenimiento diario:

    • Revisión de todos los elementos de sujeción y fijación:
      • Comprueba las costuras de unión de las cintas a la estructura de la mochila, y fíjate bien si hay costuras que empiecen a mostrar puntos de rotura. Si es así, acércate al zapatero y que le pase unos pespuntes para reforzarla.
      • Comprueba las hebillas y elementos de cierre: La mayoría de los sistemas de cierre y unión de las fijaciones de la mochila son de plástico, y funcionan por presión (una ligera deformación del los arpones de la pieza macho, permite su introducción en la pieza hembra y superado cierto punto vuelve a su posición quedando bloqueada). Con su uso, el plástico va perdiendo propiedades y sufriendo microfisuras (no visibles a simple vista) que acaban por provocar la rotura de la pieza (generalmente la pieza macho, que es la que se somete a la deformación). Por ello, revisa todas las hebillas de tu mochila, tomando especial atención a las de cierre de la tapa o seta (parte superior de la mochila) y del cinturón lumbar. Presiona un poco los dos «arpones» hacia dentro, notarás que la resistencia que tienen a esa deformación y cómo recuperan, tras la presión, su posición inicial. Si notas que apenas ofrece resistencia a la presión y que no recupera del todo su forma, es momento de cambiar la hebilla.
        Senderismo: Cuidado de la mochila.
    • Revisión de los elementos de estanqueidad y cierre:
      • Comprueba que las cremalleras que cierran los diferentes compartimentos de tu mochila se deslizan con suavidad, cerrándose y abriéndose correctamente. Una cremallera rota podría hacer que perdieras el contenido del compartimento por la montaña… «¿Dónde habrá ido a parar mi almuerzo?» sería solo una de las preguntas que te harás de no hacer esta comprobación.
      • Lubrica las cremalleras con vaselina: Además de que las cremalleras deslizarán mucho mejor, la vaselina (específica para este uso) hará que esa cremallera soporte una mayor columna de agua sin calar, lo que permitirá cierta estanqueidad (muy conveniente en caso de lluvia).
      • Rozaduras y roturas: Ramas, piedras y otros elementos pueden dañar la superficie de tu mochila. Comprueba que no tengas ningún desgarro o perforación. Si localizas alguno, ponle un parche. En las tiendas de deportes, en tiendas multiprecio y bazares o en ferreterías, encontrarás kits de reparación de barcas hinchables (son ideales, tienen parches de pvc de diferentes colores, así que si te lo curras un poco, la reparación ni se notará. Para poner el parche y que se note lo menos posible, hazlo por la parte interior de la mochila. Es importante que hagas esa reparación para evitar que la rotura vaya a más, y para garantizar la impermeabilidad de tu mochila (la mayoría de las mochilas están hechas con materiales sintéticos y tienen una cierta capacidad impermeable).
      • Para acabar, impermeabiliza tu mochila de senderismo: Aplícale spray impermeabilizante, además de evitar que con una llovizna ligera se te pueda empapar lo que lleves dentro, esta membrana ayuda a mantener la suciedad a raya.
        Senderismo: Cuidado de la mochila.
    • Limpieza superficial:
        • Una vez hayas hecho la revisión de los elementos básicos de tu mochila de senderismo, toca darle un ligero lavado de cara. Con un cepillo para zapatos, frota suavemente la mochila para eliminar el polvo y la suciedad superficial, haciendo especial hincapié en su base, ya que ésta zona es la que se suele llevar la peor parte cuando la dejamos en el suelo.
        • Si hay alguna pequeña mancha, intenta quitarla con un paño y un poco de detergente líquido neutro y agua, enjuagando bien la zona después.
          Senderismo: Cuidado de la mochila.
    • Limpieza del interior:
      • Retirando restos orgánicos: Normalmente la comida la solemos llevar en un único compartimento. Vacíalo y comprueba que en su interior no queda ningún resto orgánico, o la próxima vez que cojas tu mochila tendrás un ecosistema particular en su interior, con una «fauna» que no te hará ninguna gracia (por no hablar del olor y pestilencia que puede provocar). Una vez vacío, pásale un paño húmedo con agua y jabón por el interior y deja la mochila en algún sitio aireado, protegida del sol, para que se seque.
      • Quitando los malos olores: Vale, ya ha pasado, has abierto tu mochila, te ha llegado un ligero tufillo y has descubierto que en el interior de tu mochila se ha obrado el milagro de la vida. No pasa nada, que no cunda el pánico. Lo primero es limpiar y desinfectar, y después desodorizar.
        • Limpieza y desinfección:
          • 1.- Protégete: Ponte guantes (si no tienes sanitarios, de cocina), mascarilla (si no tienes, un pañuelo cubriéndote boca y nariz), si usas gafas, póntelas, y si no, ponte unas de sol. Es importante que te protejas y evites entrar en contacto directo con el moho y las bacterias (causantes de ese mal olor) que se han formado en el interior.
          • 2.- Utiliza lejía para desinfectar el compartimento: Usa abundante lejía, extendiéndola con un trapo. Enjuaga con agua y otro trapo,  y vuelve a aplicar la lejía. Deja que la lejía actúe de 2 a tres horas. Si te desagrada mucho el olor a lejía, puedes usar alguna perfumada.
            Senderismo: Cuidado de la mochila.
          • 3.- Neutraliza olores: Pasadas las dos horas, pasa un trapo humedecido con agua y luego seca bien el interior del compartimento. Una vez hecho esto, vierte en su interior algo de bicarbonato (depende del tamaño del compartimento la cantidad puede variar, pero necesitarás como mínimo media taza de café). Cierra el compartimento y agita la mochila hasta asegurarte de que el bicarbonato a llegado ha todos los rincones. Deja que el bicarbonato actúe durante 3 días, después ya puedes retirarlo y usar la mochila con normalidad.

Limpieza a fondo

IMPORTANTE: La limpieza a fondo no se debe hacer con mucha frecuencia o acelerarás el deterioro de tu mochila.

Senderismo: Cuidado de la mochila.
¡¡Nunca lleves una mochila así!!

Llega un momento en que por más cuidado que tengas, tu mochila de senderismo necesitará un poco más de atención y una buena limpieza a fondo. Cuando tengas manchas que no se retiren con un simple paño, el cepillado sea insuficiente o hayas derramado bebida en su interior (cerrar mal una botella de bebida isotónica es más habitual de lo que crees), habrá llegado el momento de hacerlo.

Dependiendo del lo intensivo que sea el uso que le des a tu mochila y del cuidado que tengas, eso lo tendrás que hacer una vez al año como mucho.

Lo primero que tienes que hacer vaciar a fondo todos los compartimentos y bolsillos de tu mochila, asegurándote de que no queda nada en su interior, ni tampoco restos de tierra o alguna piedrecita o ramita que se te haya colado. Si tu mochila tiene alguna estructura rígida (metálica o de plástico), retírala si es posible (algunos modelos de mochila no permiten extraer el armazón).

      • Senderismo: Cuidado de la mochila.
        A mano: Es la más indicada. En la etiqueta de instrucciones de lavado de tu mochila verás si esta permite su lavado a máquina. Lo normal es que no sea así. 
        1. Lleva tu mochila a la ducha, y mójala bien con agua fría por dentro y por fuera, después, aplica detergente con una esponja y después cepilla suavemente, asegurándote de hacerlo por toda la mochila (exterior e interior), sin ejercer demasiada presión para no dañar los materiales.
        2. Enjuaga con abundante agua fría y después deja la mochila secar en algún sitio aireado y protegida del sol hasta que esté perfectamente seca.
      • Senderismo: Cuidado de la mochila.
        A máquina: Si tu mochila lo permite, el lavado a máquina puede ser tu mejor opción.
        1. Métela en la lavadora y asegúrate de que no queda nada en su interior que pueda perjudicar tu lavadora. Algunos modelos de mochila permiten extraer las correas (si es tu caso, hazlo y lávalas por separado), si no puedes quitarlas, debes asegurarte de que las hebillas estén cerradas, así evitas que en los giros golpeen libremente al tambor de la lavadora y puedan dañarlo o dañarse ellas mismas.
        2.  Utiliza solo detergente, no añadas suavizante y selecciona el programa con el centrifugado más bajo y siempre con agua fría, después deja la mochila secar en algún sitio aireado y protegida del sol hasta que esté perfectamente seca.  
      •  Una vez hayas secado tu mochila, vuelve a ponerle las correas y todos los elementos que le hayas quitado antes del lavado, después aplica vaselina a las cremalleras para que se deslicen correctamente y por último, rocíala con spray impermeabilizante.

        Senderismo: Cuidado de la mochila.
        Interpretación de los pictogramas de las normas de lavado.

Eliminando el olor a sudor

Pues sí, aunque tu mochila tenga un sistema de aireación ultra sofisticado basado en la última tecnología de la NASA, no por ello dejarás de sudar cuando practiques senderismo. Esa transpiración acaba infiltrándose en el tejido y los acolchados de la espaldera de tu mochila, y al final llega un momento en el que tienes que decidir entre caminar el último, caminar solo o quitar ese tufillo a sudor que flota como una nube a tu alrededor.

Senderismo e higiene no están reñidos

Para deshacerte de esos malos olores, prepara una solución con una parte de vinagre blanco por tres partes de agua caliente. Aplica la mezcla por el exterior de la mochila, haciendo hincapié es la espaldera y la zona lumbar (que son las que más en contacto están con nuestro cuerpo). Para hacerlo de una manera homogénea, utiliza una botella con vaporizador.

Si aun así en olor persiste, acude a una droguería y pídeles cualquiera de los productos que se comercializan para desodorizar tejidos. 

¿Ya has dejado niquelada tu mochila?¿Tienes ganas de seguir con los bricolajes y entretenimientos caseros montañeros? Pues no dejes de ver el resto de artículos de nuestro blog y usa su buscador, encontrarás cosas tan interesantes como la elaboración de tu kit de reparaciones, la preparación del botiquín ideal para senderismo o cómo eliminar las manchas montañeras (entre otra gran cantidad de cosas).

Y si te gusta hacer senderismo por la Comunidad Valenciana no dejes de seguirnos, porque muy pronto saldremos de esta situación, venceremos al COVID-19 y volveremos a proponeros rutas para descubrir algunos de los rincones más bellos de la terreta.

Recuerda que «la montaña es compartir», y para ponértelo fácil tienes unos botones justo abajo que van de cine para eso. ¡¡Muchas gracias!!

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