La zona es realmente bella, con bastante vegetación, donde respiras tranquilidad y en donde destaca la mencionada central que, para mí gusto, es preciosa.Poco después de pasar la central y los diversos edificios convertidos hoy en el Hotel Pesquería y que antes pertenecían a los trabajadores de la central, nos encontramos con un puente colgante, de la que no soy muy amiga, pero que vale la pena cruzar para ver el río Tambre en todo su esplendor.
Desde el puente colgante se pueden hacer 3 rutas de senderismo: sendero azul, rojo o verde. Y cada uno tiene un grado de dificultad distinto, desde el más fácil (el azul), hasta el más complicado (el rojo).
Estos son los artilugios que se utilizaban para pescar la lamprea, muy común en la comarca de Noia
Las distancias son sólo de ida y van desde los 1250 m de la azul, hasta los 3500 de la roja. La verde, es poco más que la azul, concretamente 1500 m. Nosotros teníamos la intención de hacer la roja, pero llegamos a un punto que carecía de señalización y aunque intentamos varios caminos, ninguno tenía salida porque estaban comidos por la maleza que los rodeaba. Aún así, realizamos unos 6 km, por lo que no nos quedaba demasiado para llegar al final.
No molestar a las ranas
Yo creo que lo mejor es parar después de pasar el refugio de pescadores, en donde hay un pequeño estanque con ranas a las que ruegan no molestar o, como mucho, continuar hasta la pasarela que, aunque no está en un estado de conservación óptimo, ofrece buenas panorámicas del río Tambre.
Después de la ruta y si no estáis alojados en el hotel, lo mejor es llevarse unas bocatas y comerlos en el merendero que hay a la orilla del río. Es una gozada! No sé que tienen los bocadillos que siempre saben mejor cuando son saboreados al aire libre.
En este punto es donde dimos la vuelta, ya se ve que el camino se había complicado bastante y no había señales que indicasen la dirección a seguir o los kilómetros que faltaban para terminar la ruta.
Tras visitar otros recintos, como la antigua escuela, teníamos intención de regresar a casa, pero miramos google maps y nos indicaba una "cascada secreta" (42.805557, -8.839799) muy cerca de la carretera por la que estábamos volviendo, así que allá nos fuimos a "descubrirla".La verdad es que nos extrañó que no estuviese señalizada sobre el terreno, porque aunque pequeña es una maravilla y es super relajante sentarse en una de las rocas en las que puedes tocar con las manos el agua mientras que oyes el fuerte estruendo del agua al caer. Eso sí, no hay sendero en sí mismo, por lo que os tocará "tiraros al monte" como las cabras 😀Aunque os pusimos las coordenadas GPS, si tenéis dudas, tenéis que aparcar tras cruzar un pequeño puente con el coche. Allí mismo hay una explanada donde aparcar y un cartel con los recursos turísticos de la zona.
Esta pequeña cascada o fervenza se encuentra en el Río de San Xusto, también en Noia. Y si tenéis más tiempo para recorrer la zona, os dejamos unas cuantas ideas más en el artículo Noia y alrededores.