Hacía ya unos cuantos años que habíamos visitado por primera vez la Fervenza (cascada) del río Belelle, cuando la familia nos avisó para hacer una ruta hasta ella.
Nuestro punto de partida fue el bar-chiringuito que hay al lado del río (43.462736, -8.114403) e hicimos una ruta que, aunque no sabemos exactamente de cuantos kilómetros se compone, creemos, por el tiempo que nos llevó terminarla, que será de unos 10 km. Nos llevó unas 5 horas, contando las numerosas paradas que hicimos, incluso una larga para comer. Sin paradas se puede hacer en unas 3h30-4 horas.
La mayoría de las personas que hacen la Ruta do Belelle aparcan en las inmediaciones de una antigua fábrica abandonada, el Pazo de Isabel II (43.493736, -8.123771). Para los más vagos, siempre queda la opción de aparcar en el último centímetro de asfalto antes de llegar a la fervenza, sería en la Central Hidraúlica de Fervenza (43.483870, -8.122283) pero, sacando que vayáis entre semana o en temporada baja, os podréis encontrar que al llegar allí no sólo no tengáis espacio para estacionar si no que no podáis ni maniobrar con vuestro coche.
Empezamos nuestra ruta en el chiringuito cruzando el puente al otro lado del río, tras unos metros andando, cruzamos este otro puente de piedra y empezaremos a ver las primeras indicaciones de que vamos en la dirección correcta.
Gran parte de la ruta se hace pegado a un canal de agua y tras algo más de una hora llegaremos a un merendero de madera que nos ofrece esta preciosa vista a la fervenza, la primera que tengamos de ella.
Tras una parada en el merendero, empezará una bajada en zig zag que se hace muy incómoda, pero no tanto como cuando nos toque subirla de vuelta. Antes de terminar este sendero, tendremos que desviarnos a la derecha para acercarnos al otro mirador o incluso bajar a los pies de la fervenza del Belelle.
Este año todavía no ha llovido mucho y no baja con mucho caudal. De todas formas, las salpicaduras de agua son inevitable a pocos metros. No deja de maravillarme que en Galicia tengamos rincones tan bellos como éste o como la Fervenza do Toxa de la que os hablábamos hace unos días.
Tras permanecer extasiados con las vistas, seguimos bajando el sendero hasta la central hidráulica, cruzamos otro puente y emprendemos un duro ascenso de 20 minutos hasta el mirador de Viladonelle, en el que podremos ver la fervenza del Belelle desde otra bonita perspectiva.
Deshacemos nuestros pasos hasta la central y emprendemos el camino de vuelta exactamente por donde habíamos venido unas horas antes.
La fervenza o cascada del río Belelle se encuentra entre los ayuntamientos de Fene y Neda y su salto es de unos 45 metros.
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