Este año en Galicia hemos tenido muchas lluvias y eso unido a algún problemilla de salud hizo que nuestras rutas de senderismo se retrasaran bastante, haciendo la primera hace muy poco tiempo. La escogida fue Veiga do Mandeo, en el ayuntamiento de Aranga, a unos 40 minutos de casa
La ruta empieza justo en Ponte Aranga. Su recorrido es circular y tiene una longitud de unos 9 km. De allí sale también otra ruta que tiene un tramo circular y otro lineal, la Val de Cambás.La Veiga do Mandeo no nos gustó demasiado a ninguno de los dos, no así a nuestro peludo, que se lo pasó de miedo. Nosotros empezamos después de cruzar el puente y estuvimos más de 40 min subiendo cuestas con bastante pendiente y con la maleza en el camino, lo que dificultó mucho la marcha.
No sé si es por la época en la que fuimos, justo después del invierno y las fuertes lluvias, pero la encontramos en muy mal estado, menos este tramo que se trata de un camino de servicio a fincas y montes.
Hay algún tramo de asfalto pero, en su mayoría, se trata de tramos cortos.
A partir de esta vivienda, que nos pareció preciosa y la que yo convertiría en un pequeño hotel con encanto, la ruta cambia y dejamos atrás los montes para caminar siempre y hasta el final del camino por la ribera del río Mandeo.
El dejar atrás los montes no hizo que la ruta fuese más divertida ni menos dura. El río estaba desbordado en muchos puntos y eso hizo que acabásemos con los pies mojados y llenos de barro. Hubo momentos en que tuvimos que dar un pequeño rodeo para evitar esos tramos de río. Eso sí, el perro se lo pasó en grande y hasta hizo la bomba desde una finca al río. Luego se volvió loco y empezó a correr por una enorme finca. Eso fue lo mejor de la ruta!!
Al cruzar este puente, estaréis casi al final de la ruta y al principio del tramo más complicado de ésta. Si lleváis a vuestro perro puede que le pase como al nuestro. Al tratarse de un puente colgante se balanceaba mucho y tuvimos serios problemas para convencerle de que lo cruzara. Al final no nos quedó más remedio que atarlo y "arrastrarlo" con paso firme, con palabras cariñosas y diciéndole que íbamos a casa. Al final de puente le dimos una buena recompensa ;-)Como os digo, esta ruta se nos hizo larga, aburrida y complicada. Si ya llevábamos 3 horas entre cuestas, pisando de lado en la ribera del río porque se había desprendido tierra y corríamos el riesgo de darnos un involuntario baño (los tobillos acabaron bastante dañados), la última media hora fue horrorosa. Ya no había camino y tuvimos que hacer los últimos metros saltando entre las rocas para llegar al final. Y no todas las rocas eran precisamente pequeñas, aparte de que algunas resbalaban bastante. En fin, creo que esta ruta tiene potencial, pero más vale que la cuiden un poquito más.