Revista Aventura

Senderismo y excursionismo: ¿Cómo atarse bien las botas?

Por Manil

Si lo tuyo es hacer senderismo, excursionismo o montañismo, y explorar nuevos horizontes tal vez jamás pisados por el hombre, sabrás que lo más importante antes de dar tu primer paso es el calzado.

El calzado ajustado adecuadamente es indispensable en senderismo.El calzado ajustado adecuadamente es indispensable en senderismo.

Hoy no te voy a hablar de cómo elegir tu calzado para ir a la montaña, pero como en el fondo soy buena gente, tampoco te soltaré aquello de “elige un calzado adecuado para la actividad que vas a desarrollar”. Mira, entre tú y yo, hablar de calzado y decirte esta frasecita tan sufrida es como no decirte nada.

Así que si aún no has elegido tu calzado y no usas habitualmente ninguno especial, te recomiendo antes de que dilapides una fortuna en comprarte el modelo más caro del mercado que veas al final de este artículo la fantástica cápsula formativa de la EVAM realizada por Antropovisión en formato de videotutorial.

Lo que sí que haré en este artículo es explicarte las claves para que sean cuales sean las botas que te pongas las lleves con el mayor confort posible.

¿Cómo abrocharse bien las botas?

zonas moletia botaZonas de molestia. Ilustración: Manil Raga

Existen muchos artículos ya publicados al respecto, tanto en prensa escrita como en medios digitales. Los hay de todo, mejores y peores, pero todos, incluido éste, pretenden arrojar algo de luz a un acto tan cotidiano para nosotros como ponernos las botas.

Pero si bien es cierto que la mayoría de nosotros eso lo tenemos claro, lo que sorprende es lo poco claro que tenemos la importancia de abrocharnos las botas correctamente para practicar nuestro deporte favorito.

Un calzado correctamente atado te sujetará el pie evitando lesiones y ampollas, aunque no deberán faltarte nunca unas tiritas en tu botiquín personal por si acaso. ¿Que no tienes botiquín?, nosotros te enseñamos a confeccionarte el tuyo: El botiquín ideal.

Antes de seguir debes tener claro que el ajuste de la bota mediante los cordones y su atado lo haremos sobre dos zonas diferenciadas de la misma y que nos darán más sujeción o más libertad de movimiento en función del terreno por el que vayamos a caminar. Estas dos zonas de la bota son la parte alta o caña (que sujeta y protege nuestro tobillo) y el empeine o puente (encargados de proteger el empeine de nuestro pie y evitar que baile dentro de la bota).

Ajustando el talón.

Tu primer objetivo será intentar que el talón no se mueva.

Normalmente el talón suele quedar algo holgado dentro de la bota (si no fuese así te costaría horrores meter el pie), de modo que a cada paso que das sufre un movimiento de deslizamiento vertical. Toda bota de montaña que se precie tiene un par de pasadores o ganchos en el tobillo para mejorar ese ajuste.

ajuste tobillo bota de montañaTrabilla de ajuste. Ilustración: Manil Raga

1.- Pasa el cordón por el gancho y la trabilla de ajuste y “cose” esa unión pasando el extremo opuesto del cordón por ella.

atado bota montañaPasa el cordón entre los dos pasadores. Ilustración: Manil Raga

2.- Estira de los cordones con fuerza para ajustar la zona del talón.

tensado cordon botaEstira para conseguir un fuerte ajuste. Ilustración: Manil Raga

En la mayoría de las botas la trabilla de ajuste es “bloqueadora”, lo que permite un ajuste distinto de la zona del empeine y de la caña. Si no es el caso de tu bota usa el sencillo truco de pasar el cordón por ella desde arriba.

truco botaSencillo truco para bloquear el cordón.

Ajustando el ancho de la bota.

Una molestia también bastante habitual es que la bota te apriete en la zona del empeine. Pasando el cordón por dos ojales seguidos en cada lado en la zona que notas la presión solucionarás ese problema.

ajuste empeine botaZona de ajuste para el empeine. Ilustración: Manil Raga

Ajustando la fijación de la caña.

Una bota muy suelta en la parte alta te puede dar inseguridad, y demasiado apretada te quitará mucha movilidad. Para poder graduar y aumentar la presión o liberarla en la parte alta no sólo tendremos que hacer una correcta lazada al atarnos las botas.

Justo donde termina la fijación del empeine y antes de llegar al gancho de ajuste del tobillo es donde reside el santo grial de un adecuado ajuste de la caña.

Si quieres que la caña vaya más suelta tendrás que pasar el cordón por dos ojales en cada lado de ese punto.

Para una presión “normal” en la caña, pasa los cordones con el cruzado habitual.

Para una presión extra y que la caña no se afloje, cruza el cordón entrelazándolo en ese punto. De esta manera podrás tener un empeine con más o menos presión y un ajuste de la caña a tu gusto que vendrá dado por la tensa que hagas la lazada.

Haciendo el lazo

Todo listo, ya has ajustado todo tan bien que más que unas botas parece que lleves unas zapatillas de estar por casa, y claro, quieres que ese confort te dure toda la ruta: tendrás que hacer un lazo “indestructible” para que no se te afloje en toda la ruta.

Para aprender a hacer el lazo perfecto te dejo un vídeo, así sólo tendrás que ponerte las botas y darle al play.

  
 

Ajustando la fijación de la caña de la bota en ascenso o descenso.

Es posible que hayas ajustado las botas tan bien que ni las notes cuando caminas en llano, pero la cosa cambia cuando nuestro pie vascula y necesitamos  adaptarnos al terreno.

Zona de ajuste en subida. Ilustración: Manil RagaZona de ajuste en subida. Ilustración: Manil Raga

Como norma general, cuando te enfrentes a una fuerte pendiente en ascenso tendrás que liberar la presión de la caña para que el tobillo tenga algo más de juego y no te destroces la espinilla o la parte alta del empeine con la bota. En nuestro artículo 10 tips para practicar senderismo  podrás encontrar más consejos.

Senderismo y excursionismo: ¿Cómo atarse bien las botas?

Cuando inicies un descenso pronunciado tendrás que hacer lo contrario, y apretar un poco más la lazada y darle más presión al empeine para que tu pie no resbale dentro de la bota. Si no haces esto correctamente es muy probable que vivas en tus carnes el desagradable efecto “uña negra“. No solo se te pondrán negras por haberlas machacado (con lo que no podrás presumir de dedos este verano y tendrás que dejar las sandalias en el armario), sino que además es probable que se te caigan. Si esto te pasa lo mejor es que te acerques a visitar al podólogo.

Es importante que ajustar la tensión de los cordones en función del terreno por el que caminamos. Si vas a moverte o descender por terreno pedregoso o una zona rocosa es conveniente que aumentes la presión en la caña de la bota y evitar posibles torceduras. Recuerda que es la caña de la bota la encargada de protegernos de las torceduras laterales del tobillo y de los impactos con piedras y otros obstáculos en el mismo.

Ahora que ya sabes atarte las botas sólo falta que pongas en práctica lo aprendido. ¿Te vienes a caminar con nosotros?

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Recuerda que “la montaña es compartir”,  y para ponértelo fácil tienes unos botones justo abajo que van de cine para eso.

¡Contenido extra! Aprende a elegir tu calzado de montaña.

 

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