Si practicas senderismo hay una máxima que tienes que tener clara, muy clara: el senderismo ni es alpinismo ni es escalada. Así que en la práctica de tu deporte debes omitir completamente el uso de cuerdas.
Cordino
Según la Real Academia Española el término senderismo hace referencia a aquella actividad deportiva que consiste en caminar por el campo siguiendo un itinerario determinado, y obvio es que para caminar no es necesario el uso de cuerdas (indispensables en el alpinismo, la escalada o la espeleología).
Una vez dicha la perogrullada (y esperando que me disculpes), quiero que entiendas que aunque en tu día a día montañero no vayas a usar las cuerdas, sí que es conveniente que te desenvuelvas con cierta soltura a la hora de hacer tres o cuatro nudos indispensables. Principalmente los usarás para hacer pequeñas reparaciones usando cordinos (que no cuerdas) y te serán sumamente útiles para fijar o sujetar elementos.
No obstante, sí que he querido incluir en esta breve selección el ocho doble, ya que aunque no vayas a ponerte un arnés en la cintura para salir a hacer senderismo, es muy conveniente que conozcas cómo se ejecuta por si alguna vez bajo circunstancias excepcionales (un posible rescate o una situación que lo requiera) te ves en la necesidad de tenerte que asegurar, eso sí, si eso pasase sí que lo harías usando una cuerda.
Antes de continuar, es importante que sepas un par de cosas sobre las cuerdas:
- Se clasifican por su composición (sintéticas o naturales), su elasticidad (elásticas, semielásticas y estáticas) y su grosor. La suma de estas tres características confieren a cada cuerda unas propiedades únicas que la hacen ideal para un uso determinado. En este artículo de nuestros compañeros GPS de montaña explican algunas diferencias: Tipos de cuerdas.
- Con cada nudo que hacemos en una cuerda la debilitamos, facilitando su rotura por ese punto.
En mi mochila llevo entre otras cosas un pequeño kit de reparaciones, que incluye una madeja de paracord 550 (de 10 metros). Con el grosor de un cordón de zapato tiene unas propiedades excepcionales, siendo capaz de soportar cargas importantes.
Mi consejo es que te hagas con una cuerda o cordino y te pongas ya manos a la obra. Es muy fácil, y para guiarte en el aprendizaje de estos cuatro nudos básicos te he preparado unas ilustraciones “paso a paso” de cada uno de ellos.
As de guía
El as de guía o “bownline” es de origen náutico. En montañismo se utilizó hasta que en 1998 una resolución de la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo) lo desaconsejó a favor de otros más resistentes a las cargas oblicuas y los impactos.
Su ejecución es muy sencilla.
1.- Haz un pequeño lazo en la cuerda o el cordino.
2.- Coge el extremo libre de la cuerda y “cóselo” de abajo hacia arriba haciéndolo pasar por el interior del lazo.
3.- Rodea ahora la cuerda por detrás con el extremo libre que acabas de pasar por el lazo, y una vez hecho esto vuelve a pasarlo por el lazo, pero esta vez de arriba a abajo.
Este nudo te servirá entre otras cosas para atar una cuerda a un poste, a una anilla, o simplemente para rodear algo con un nudo no corredizo.
Nudo de pescador
El nudo pescador o nudo inglés (como también se le conoce), aunque popular entre los pescadores, lo es también entre los montañeros y permite unir con facilidad cuerdas, cordinos o cabos de un mismo diámetro.
Los escaladores suelen usar una variante mucho más resistente del mismo, el nudo de pescador doble (muy usado para unir cuerdas para los rápeles).
Es muy sencillo de hacer, ya que sólo es necesario hacer dos nudos simples de forma simétrica.
Nudo corredizo
Al contrario que el as de guía, el nudo corredizo te permitirá sujetar elementos de diferentes diámetros, aumentando la presión que ejerce sobre sobre el elemento conforme aumenta la tensión que se ejerce sobre la cuerda.
Existen infinidad de nudos corredizos (incluido ese que inevitablemente nos evoca a la época gloriosa de los westerns), pero como no se trata de ahorcar a ningún forajido, en este post te enseñaré a hacer uno sencillo y práctico.
Este nudo puede ayudarte desde sujetar una lona hasta cerrar un saco, pasando por sujetar infinidad de elementos de diversos tamaños.
Ocho doble
Desde que diste tus primero pasos por la montaña no has dejado de oírlo. Resistente, sencillo y fácil de revisar, el ocho doble es el nudo montañero por excelencia. El ocho doble se puede hacer por seno o por chicote (concretamente en esta entrada te enseñaré a hacerlo por seno).
Es el más utilizado en escalada como nudo de encordamiento y que une el arnés con la propia cuerda. Se utiliza tanto para autoasegurarse como en maniobras de rescate.
Es precisamente este último uso el que hace que incluya el conocimiento de la ejecución de este nudo como algo de vital importancia para todo aquel que se mueve por la montaña.
No quiero terminar este post sin darte un último consejo para cuando seas un experto hacedor de nudos y te reúnas en la taberna del puerto a beber ron con algún lobo de mar: nunca, bajo ningún concepto le digas a un marinero que sabes hacer tres o cuatro nudos y que lo único que necesitas es una “cuerda”.
Verás, aunque en los últimos 10 años me he entregado en cuerpo y alma a la montaña, esto no siempre fue así. Hubo un tiempo en que yo también fui lobo de mar (bueno lobo, más bien calamar), y una de las primeras cosas que te enseñan en la academia náutica es que en un barco sólo hay una cuerda, la del reloj.
Para saber más sobre cuerdas y nudos, te recomiendo la lectura de “Nudos y tipos de cuerdas en anclajes y estructuras de campismo”, de Benjamín Álvarez Garay (PDF, 2,7 Mb).
Espero que este post te haya resultado interesante y la próxima vez que vayas a la montaña átate bien las botas y no olvides tu botiquín personal.
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