Ni se te ocurra pensar que te voy a decir que los guantes son un complemento indispensable en tu equipo de senderismo, nada más lejos de mi intención, porque de sobra sé que tú nunca sales a la montaña sin ellos… ¿o sí?
Tramo de pista en Bérchules. Sierra Nevada.
La mayoría de las entradas de este blog responden a preguntas o vivencias reales (cosas que nos pasan a ti y a mi en la montaña), o son las “consecuencias” de una conversación en esos tramos de pista forestal que nos permiten recuperar el aliento. Y luego hay algunos como este, que dan respuesta a una pregunta directa y clara.
Loriana y su hermano Mario están iniciándose en el mundo de la baja y media montaña. Le han cogido el gustillo a caminar por el monte, se han convertido en dos de nuestros compañeros habituales y poco a poco se van completando su equipo.
Lo bueno es que a diferencia de hace 30 años, hoy tenemos una infinidad de marcas, calidades y precios donde elegir, y lo malo es que con tanta variedad nunca sabemos si estaremos eligiendo el complemento más adecuado para nuestra modalidad deportiva.
En el equipo de senderismo para salidas de un día, se recomienda llevar un par de guantes ligeros en la mochila, y por eso, hará un par de semanas, Loriana consideró que ya le había llegado el momento comprar este complemento.
Ella, antes de ir a cualquier sitio a por cualquier guante, me mando un mensaje de texto con la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de guantes necesitamos?
Así que aquí estoy, escribiendo este post para aclarar las dudas de nuestra amiga y que no me llame vago, y de paso, para intentar arrojar algo de luz a todo aquel que se ha hecho la misma pregunta.
¿Por qué llevar siempre unos guantes ligeros en la mochila?
Cuando hablamos de “guantes ligeros”, nos referimos a unos guantes que por su estructura, composición y diseño no reduzcan demasiado la movilidad de nuestras manos y dedos, de modo que podamos seguir manipulando aquello que queramos sin demasiados problemas (GPS, mapas, cámara de fotos, bastones, cremalleras, cierres y fijaciones, etc…).
La idea es la de encontrar el justo equilibrio entre la protección de nuestras manos y la menor pérdida posible de movilidad y tacto.
Es muy frecuente encontrarte con sendas en estado de abandono, poco frecuentadas y en las que la maleza se ha adueñado del paso formando una auténtica maraña, que en el caso de que tengas que apartar con las manos desnudas te harán saltar alguna lagrimita de dolor.
En muchas ocasiones caminarás por senderos flanqueados de ortigas y otras especies vegetales que pueden provocar urticaria, momento en el que es conveniente que tus manos estén cubiertas para evitar el contacto con ellas.
Otras veces te verás obligado a trepar, metiendo la mano en algún hueco entre las piedras y que puede ser la morada de algún animalillo que no dudará en atacarte al verse acorralado (arácnidos y algún que otro ofidio son un ejemplo de ellos).
Eventualmente también tendrás que aferrarte a una vieja cuerda o cadena, instalada para facilitar la sujeción en algún paso complicado. En otras ocasiones será la vegetación cercana, algún arbusto o la rama de un árbol la que te ayude a sujetarte, y de nuevo lamentarás hacerlo con las manos desnudas.
Estos son sólo algunos momentos en los que tener unos guantes ligeros en tu mochila y podértelos poner en el instante justo, te harán no arrepentirte de haber llevado algunos gramos más de peso… y por supuesto, cuando las temperaturas son moderadamente bajas, un guante ligero evitará que se te queden las manos heladas.
¿Cómo es un guante ligero para senderismo o trekking?
Ya te adelantaba que ha de ser ligero, entendiendo por ello que no sólo pese poco, si no que además te permita tener un buen control de aquello que vayas a manipular con ellos puestos (lo siento, pero los guantes que te compraste para ir a esquiar no son los más adecuados).
Además han de ser resistentes, ya que si no lo fuesen no te protegerán lo bastante y no te durarán ni un asalto. Es conveniente por lo tanto, que estén confeccionados de un material que no desgarre con facilidad, y que además tenga el grosor y la dureza suficiente para que tampoco sea fácil perforarlo. Así que ya puedes también olvidarte de esos guantes de lana o de gamuza tan calentitos que te dejaron los reyes en casa de los “iaios” el año pasado, porque esos se desgarran y se traspasan fácilmente.
Ahora por tu mente pasa la idea de ir a comprarte unos guantes de jardinero, pero esos, tampoco te valen. Para evitar que vayas enganchándote con todo, o que tu mano se deslice dentro del guante y pierdas así sujeción, es necesario que el guante te vaya bastante ceñido y no sea demasiado voluminoso.
Un buen guante para tus salidas de senderismo, tendrá las zonas de agarré (al igual las zonas de mayor roce), perfectamente reforzadas, con piezas de material más resistente y grueso, evitando así que te lastimes… Y sí, así es, los guantes que tienes con los dedos al aire y que te compraste para la bici o para el gimnasio tampoco valen, ya que dejan expuestas las dos primeras falanges de cada dedo.
Teniendo en cuenta que actualmente la mayoría de los móviles y GPS tienen pantalla táctil, es más que conveniente que en la punta del dedo índice y del pulgar tengan una zona de tejido “conductivo”. Este tejido conductivo es el que permite que puedas interactuar con la pantalla, pero si tus guantes son antiguos o simplemente no tienen esta capacidad no pasa nada, siempre puedes hacer un apaño casero.
¿Qué guante de senderismo me compro?
En el mercado existen multitud de marcas, modelos y de distintos materiales.
Yo tengo mis preferencias; me gusta que la estructura del guante sea de neopreno o de soft-shell, ya que al tener cierta elasticidad, el guante de ajusta mejor a mis manos; encuentro indispensable la protección de la palma de la mano y de la parte inferior de los dedos mediante un material mucho más resistente y con capacidad de adherencia para evitar que las cosas me resbalen de las manos.
Tanto el neopreno como el soft-shell brindan cierta impermeabilidad, que tampoco viene nada mal cuando andas por zonas húmedas y todo está empapado, por no decirte lo conveniente que resulta en días de lluvia. Son materiales realmente ligeros y flexibles, y podrás encontrarlos en distintos grosores.
¿Dónde comprarlos?
Puedes llamarme antiguo si quieres (no me importa), pero hay ciertas cosas que me gusta ver y probar antes de comprar, y si quieres acertar con este complemento, te recomiendo hacer lo mismo.
La primera opción es visitar tu tienda habitual de deportes de montaña.
Otra opción que no debes pasar por alto es la de pegar una mirada a la sección de caza de alguna gran superficie o entrar en una armería y ver lo que ellos tienen. Los guantes de caza pueden ser una muy buena alternativa.
Además, con la llegada de los runners a la montaña, la mayoría de fabricantes de prendas deportivas han visto un nuevo nicho de negocio en esto de los guantes ligeros, por lo que rara es la marca que no tiene en el mercado unos para corredores de trail, y en alguno de ellos puedes encontrar una buena opción. No sé cómo andarán las cosas por dónde tu vives, pero en Valencia tenemos una tienda para runners prácticamente en cada barrio.
Espero que con estas indicaciones nuestros amigos Mario y Loriana sean capaces de dar con su guante ideal, y que tú, tras la lectura de este post, nunca más vuelvas a salir a la montaña sin llevar los tuyos en la mochila.
Si este artículo te ha resultado interesante es posible que también te interese leer la mochila ideal, y no olvides la próxima vez que salgas a la montaña llevar a mano tu ración de marcha, al igual que no te puede faltar tu botiquín personal.
Hidrátate correctamente y en tu siguiente ruta no dejes de poner en práctica nuestros trucos para practicar senderismo.
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