He sonreído ante la idea de que esos chillidos les podían servir, ante futuras tropelías, para demostrar, a modo de coartada, de que ellas no habían podido ser, porque a “esa” hora, se estaban bañando…
Y no sé por qué o, en realidad, sí sé, mi mente me ha traído el recuerdo de Miguel Bosé, y sus recientes, y sorprendentes, al menos para este vecino del mundo, declaraciones sobre lo mucho que hemos perdido, con Rajoy como Presidente, en muy poco tiempo los españoles.
No, no es que no esté de acuerdo con él, sino que en realidad me ha sorprendido que una persona que lleva un tiempo en Panamá, como lugar de residencia (y no hay que olvidar que Bosé siempre ha tenido pasaporte, también, panameño, por haber nacido allí) se meta en un fregado de hablar de nuestra situación actual.
Hablar de Venezuela, como lo ha hecho también, me parece mucho más comprensible por tener la importancia que él tiene en la América Latina, pero es que el Miguel Bosé que siempre hemos conocido, durante muchos años, era aquel que guardaba muy bien su vida privada, y solo llamaba a los medios, o digamos que ambos se acercaban mutuamente, en momentos en que le interesaba por su trabajo.
Entonces, éste es el momento, y de ahí la relación con “la coartada” de que hablaba al comienzo, y si Rajoy y su política solo es una excusa para recordarnos de que Miguel Bosé está en gira y que los lugares en los que va a actuar…¿Que por qué no creo en su honestidad? Porque también ha dicho otras veces, que él no se ha retocado quirúrgicamente, y que, naturalmente, estaría en su derecho de hacerlo, y que todo se debe a los cambios en su dieta y en su manera de cuidarse.
Pero, mira, Miguel, tenemos la misma edad, y mientras a ti se te está poniendo un aspecto, cada vez más oriental, especialmente en los ojos, y en estos momentos te ha dado por decir verdades como puño, pero por ahora al menos, en momentos de gira artística, a mí me están saliendo muchas arrugas, de esas que se dicen de expresión, y en lugar de rasgos orientales, cada vez soy mucho más cabroncete, escriba o no escriba en mi blog, y si no me fío de mí, mucho menos de los demás.Es lo que pasa cuando al público, en general, se le "torea" una y otra vez, y es que, al final, como el toro, también aprendemos; eso sí los cuernos ya no nos lo quita nadie.*FOTO: DE LA RED