Señor Gallardon, soy mujer, pero no tonta, así que tengo derecho a decidir!

Estimados señores que dicen que gobiernan este país,

Soy mujer, y supongo que por ello deben creer que soy manipulable, tonta y que por eso ustedes tienen que marcarme las pautas. Ahora les ha dado por limitarme el derecho a decidir sobre mi cuerpo. Me limitan la educación a la que puedo acceder, el derecho a ser madre trabajadora sin injusticias laborales, la sanidad, y mañana, ¿qué será? ¿el derecho a votar? ¿nuevamente tendremos que pedir permiso a nuestros maridos para conducir o sacarnos la libreta del banco? ¿hasta dónde llegaremos?

Ustedes, señores gobernantes, no pueden legislar para los católicos, sinó que deben hacerlo para un país que en esa Constitución con la que tanto se llenan la boca cuando les interesa, se declaró laico. A caso, ¿aún no saben que premiar la conducta correcta da mejores resultados que castigar la que queremos evitar? pues que poco han visto a supernany! sepan que es una de las premisas que aprende cualquier madre al poco de serlo. Así que no nos vengan a enseñar ustedes qué es ser buena o mala madre, buena o mala mujer.

Sé que les gustaría vernos a todas en casita con 7 ó 8 hijos, pero si es eso lo que quieren pues den ayudas de natalidad, concedan ayudas a la dependencia, promuevan las becas, no nos suban los impuestos y promuevan trabajos dignos para nuestros maridos.  Así podremos estar en casita calladitas y cuidando de los niños.

Señores, van con unos repugnantes aires de superioridad. Aires de superioridad que según dicen, les otorga esa moral que dicen tener (aunque la que practican es otra) y que nos quieren imponer a toda costa.

Además de mujer, soy madre, y me considero laica de tradición cristiana. Por suerte no me he tenido que ver en el mal trago que debe ser el tener que decidir si tener o no un hijo. Creo que sería la decisión más dura de mi vida. Sólo tienen que releer un poco mi blog para comprobar que considero la maternidad como la cosa más bella del mundo, pero también tendrían que entender que en determinadas circunstancias puede ser uno de los momentos más complicados, y éso sólo lo puede saber la mujer que lo vive en primera persona. Y en estos casos los demás deberíamos escucharla y apoyarla en cualquiera de las decisiones que tome, porque por ser mujeres no somos unos ogros insensibles, sinó todo lo contrario. Tenemos sentimientos por lo que el decidir abortar no es una decisión fácil que no conlleve tras de sí un cúmulo de sensaciones y dramas. Tengan la total seguridad que cuando una mujer decide abortar no lo hace por gusto. Así que confien en nosotras, las mujeres, y en nuestra capacidad de decidir.

Según dicen las doctrinas que siguen, los católicos deben amar al prójimo como a si mismo y eso es lo que deberían hacer, respetar a aquellos que no comparten su religión y creencias, sin obligar a poner crucifijos en las escuelas públicas, imponer asignaturas de religión o criminalizando a todo aquel que no siga su misma moral. ¿Es que no hemos avanzado nada des de aquellos tiempos de la Inquisición? Con diferentes medios, pero parece como si todavía continuasen las cruzadas y la persecución de los infieles. ¿Es este el tipo de país que queremos? ¿un país que se declara de vanguardia y democrático?

Así que señores gobernantes, y en especial señor Gallardón, si yo tuviera chacha, chica interna para cuidar a los niños, dinero para pagarle todas las operaciones, la rehabilitación, las medicinas y escuelas especializadas quizás tampoco me supondría un problema tener un hijo con malformaciones, o a lo mejor sí, porque en vez de pensar en lo buena que soy, me importaría más la vida, la calidad de vida, de mi hijo. Sólo pido respeto para todas las opciones.

Queda dicho.