Pic by: Eric Pàmies
Comenzamos con la sensación de que cada año que pasa nos hacemos más viejos y maduramos. Eso es inevitable. Las caras son las mismas, los mismos saludos, las mismas costumbres, alegrías, sorpresas, colas, solapaciones y decepciones, pero con la sensación de que cada vez vamos más a la calidad que a la improvisación del momento. Todo un poquito más calculado.
Este año he observado un aumento masivo (acaba siendo habitual ya) de los abonos vips. La pela es la pela. Pero como siempre digo a mis amigos:
"sólo por el tipo de WC's y evitar las colas en los baños, merece la pena el VIP"Aunque de VIP ya solo tenga el precio.
Menciones aparte, he notado un aumento "para bien" de la propuesta electrónica. Cruzar el puente ha sido a veces "imposible". Hordas de gentes haciendo cola para bailar a ritmo de una selección mayor de dj's y propuestas house o electrónicas. Me gusta, pero el Primavera Bits acabará siendo un festival dentro del festival: Si no, tiempo al tiempo.
También se ha notado la pasta invertida por Seat y las demás compañías de patrocinio. Con su grada "Created in Barcelona" a parte de generar muchas fotos de Instagram, parecía a veces más un partido de regional, que un concierto.
Cabe destacar que este año para mi, ha sido el peor en propuestas musicales (siempre según mi criterio musical que es muy personal, peculiar y no gusta a todo el mundo). Pero aun así, no ha estado mal del todo.
Siento que este año no ha habido cabezas de cartel. The XX hizo un concierto explendido, mejor de lo que me esperaba, me gustó. Pero Ni Bon Iver (que para mi no merece ningún interés musical salvo la tranquilidad que ofrece y eso no se si es bueno en un festival en directo...) ni Arcade Fire (quizás porque repetían evento en el mismo escenario que hace 2 o 3 ediciones) estuvieron a la altura del festival que es Primavera Sound.
Salvando los trapos eso si siempre están grupitos de clase media o grupazos que por exigencias del guion, quedan apartados del cartel gracias a las solapaciones. Muy grandes me parecieron Afghan Whigs, de lo mejorcito, Wild Beasts (que si no fuera por haber visto a Arcade Fire ya, me los hubiera perdido), Whitney, Pond o Solange (eso si que es otro tipo de tranquilidad musical, pero a la hora correcta).
Me gustaron mucho también las propuestas un poco más equivalentes como Broken Social Scene, Angel Olsen o algunas propuestas más arriesgadas como Sleaford Mods o Royal Trux.
En el apartado nacional, nos encantó ver a Belako posicionándose como uno de los grandes del panorama indie nacional.
Lo bueno que tiene Primavera Sound es que rescata viejas glorias y nos las trae a modo de disfrute, grupos, cantantes o bandas que ni veríamos ni esperábamos ver com fueron Teenage Fanclub Band, Grace Jones, Van Morrison o The Zombies.
Otro año más que el Primavera Sound acaba cuando DJ Coco quiere, pero que siempre que acaba hace que cortar la pulserita sea cada año, un poquito más difícil.
Obviaré hablar del #unexpectedprimavera, que como iniciativa estaba muy bien pero que los conciertos que nos ofreció se los podían haber ahorrado. Espero que para próximos años, no todo sean artistas que traen patrocinadores como Mango (Haim) o contratos de Live Nation, Rough Trade o similares y tengamos por fin un cartel como dios manda, con cabezas de cartel que quitan el hipo.
Aunque siempre estemos abiertos para dar nuestra opinión y no siempre será buena, siempre nos encontraréis en el Primavera Sound porque es un festival que aunque no te traiga ultra cabezas de cartel, merece la pena disfrutarlo. Hasta el próximo año!!!