Revista Cultura y Ocio

Sensibilidad zen

Publicado el 10 junio 2012 por Rojotransitorio @rojotransitorio
Zen

Zen

Sensibilidad zen¿De dónde vino mi vida?

¿Dónde irá?

Junto a las ventanas de mi tosca choza
busco mi corazón en silencio profundo.

Aunque busco y busco,
no encuentro dónde empezó todo,
¿cómo voy a encontrar su final?

Ni el momento presente se puede captar;
todo cambia, todo es vacío:
este yo solo existe por un momento en esa vacuidad.

¿Cómo decir si algo es o no es?

Es mejor quedarse con esos pensamientos pequeños,
dejar que las cosas sigan su curso sencillamente
y así, ser natural y tranquilo.Sensibilidad zen

Autor: Daigu Ryokan
Fuente: Poema Zen de Daigu Ryokan en Antheis, El Paladín

Daigu Ryokan fue un gran maestro y poeta japonés dentro de la tradición del Budismo Zen. Su maestro Dainin Kokusen lo bautizó como Ryokan (inmensa bondad) y el mismo, a la muerte de su maestro, se antepuso Daigu (gran idiota)

El hizo de su vida una antología de bondad y poesía, de generosidad y sensibilidad. Si un hombre así decidió llamarse a si mismo gran idiota, me pregunto que seremos los demás. Yasunari Kawabata definió su poesía en los siguientes términos:

La síntesis de poesía y el conocimiento, un conocimiento del que la palabra puede valer como el silencio. (Fuente: Daigu Ryokan en Ashram Arunachala)

Palabras y silencios. Ya me dijo una vez mi abuelo paterno (que en paz descanse): si no tienes algo importante que decir, mejor que estés callado.

Aunque esta aseveración, tomada al pie de la letra, te convierte en un mudo en potencia, pienso que mi abuelo no andaba desencaminado. Yo, tomándome su afirmación al pie de la letra, durante mucho tiempo fui demasiado parco en palabras, demasiado extremo en silencios. No supe interpretar correctamente aquellas sabias palabras.

Mejor callar las palabras superfluas. Mejor dejar reposar los pensamientos agitados. Mejor permitir que nuestra momentánea calima, en brazos de un suave viento, descanse sobre el inmenso mar de nuestra alma.

Libre de ataduras, como una bruma arrastrada por el aire, me dejo llevar hasta donde me quiera dejar el viento. (Daigu Ryokan)


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