Revista Salud y Bienestar
Investigadores del Massachusetts Institute of Technology MIT han desarrollado un dispositivo que se ingiere y es capaz de rastrear problemas gastrointestinales en zonas de difícil acceso, sus resultados fueron publicados en la revistaScience. Este sensor, tiene forma de cilindro y mide 3,8 centímetros de longitud el cual se tendrá tque reducir de tamaño para las pruebas con humanos. En el desarrollo se ha realizado un enfoque de ‘bacteria en un chip’, en su demostración inicial, los científicos se centraron en la hemorragia en el tracto gastrointestinal en cerdos. Diseñaron una cepa probiótica de E. coli para expresar un circuito genético que hace que las bacterias emitan luz cuando se encuentran con el hemo, un componente de la sangre. Para ello, colocaron las bacterias en cuatro pozos del sensor, cubierto por una membrana semipermeable que permite que las pequeñas moléculas del entorno se difundan a través de ellas. Debajo de cada pozo se sitúa un fototransistor que puede medir la cantidad de luz producida por las células bacterianas y transmitir la información a un microprocesador que envía una señal inalámbrica a un ordenador o a un móvil. Además, construyeron una aplicación que se puede utilizar para analizar los datos. Este dispositivo podría implementarse para un solo uso o para permanecer en el tracto digestivo durante varios días o semanas, enviando señales continuas.