Un proyecto de final de carrera realizado en la UPM da un paso más para conseguir una cadena del frío realmente eficiente, con la aplicación de nuevas tecnologías de sensórica inalámbrica que ahorran dinero y tiempo.
El control de la calidad y supervisión de los productos hortofrutícolas durante su transporte y distribución es de gran importancia en el sector agroalimentario. El mayor reto es asegurar una cadena de frío continua desde el productor hasta el consumidor, para lo cual es preciso contar con sistemas de monitorización y control adecuados.
Un Proyecto Fin de Carrera realizado en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) da un paso más para conseguir una cadena del frío realmente eficiente, con la aplicación de nuevas tecnologías de sensórica inalámbrica que ahorran dinero y tiempo a todos los agentes implicados en este proceso.
El impacto científico y la repercusión práctica de esta investigación han hecho que su autor, Ricardo Badía Melis, ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid, sea distinguido con el Premio Jóvenes Investigadores 2011 al mejor Proyecto Fin de Carrera de la Sociedad Española de Ciencias Hortícolas (SECH). Un premio que este joven investigador no ha podido recoger personalmente, ya que disfruta de una beca en la Universidad del Sur de Florida (USF), en Tampa (EEUU), que le permitirá avanzar en su trabajo desde nuevas perspectivas.
Ricardo Badía Melis se especializó en Economía Agraria en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la UPM. En esta Escuela desarrolló el Proyecto Fin de Carrera (PFC) ahora premiado, titulado “Supervisión de la cadena de frío de productos hortofrutícolas mediante tecnologías de identificación por radio frecuencia (RFID) y redes inalámbricas de sensores (WSN) en almacenes frigoríficos de Mercamadrid”.
En su trabajo fin de carrera, Badía aborda la aplicación de nuevas tecnologías de sensórica inalámbrica en la cadena de frío, centrándose en el desarrollo de sistemas de supervisión a través de RFID y WSN y estudiando la incidencia del “sensor housing” en los equipos.
Estas tecnologías emergentes están llamadas a jugar un papel fundamental en la monitorización de numerosos procesos agroalimentarios, entre ellos la supervisión de la logística frigorífica. Por su reducido tamaño, polivalencia y versatilidad permiten tomar medidas donde hasta hace poco no era posible. Resultan verdaderamente útiles y muestran aptitudes con las que los agentes de la cadena de frío pueden mejorar su trabajo.
Fuente: Universidad Politécnica de Madrid