- ¡Buenos días don Rojelio!
- Buenos para algunos don Pepino.
- ¿Qué le pasa buen hombre?
- Lo que me va a pasar. Le han cogido ustedes el gusto a los “micros” abiertos.
- Lo importante es que se va a hacer lo que hay que hacer.
- Sí señor. La reforma laboral. Para crear empleo, lo primero que hace es abaratar el despido. Paradójico, pero aleccionador.
- No se quede usted en la superficie. Va a ir mucho más allá, ya lo verá.
- Si claro, dejará sueldos de miseria y las vacaciones los domingos y el día de Navidad. Como ahora en vez de negociar colectivamente todos los trabajadores, se hará empresa por empresa, la capacidad de negociación del “currito” va a ser importante por los coj…
- Lo que no es justo es que una empresa que esté en dificultades, no tenga capacidad de reaccionar por culpa del corsé que significa la negociación colectiva.
- ¿En dificultades para que sus directivos cobren primas millonarias?
- Usted siempre acude a la demagogia.
- Y ustedes siempre aprietan el mismo cuello.
- Y qué me dice de la sentencia a su juez “superstar”.
- Que no sé si me preocupa más que tenga razón el Supremo o don Baltasar.
- No irá usted a poner en duda la justicia en España.
- Se ha puesto en duda ella sola. Si ha prevaricado uno de los principales jueces de este país, ya me contará. Y si no lo ha hecho y lo han condenado, pues ya le contaré.
- Lo importante es que en este país, nadie está por encima de la ley.
- A no ser que te juzgue un jurado popular.
- ¿Lo dice por Camps?
- Es que tiene su gracia que a un dirigente del Partido Popular lo juzgue en jurado popular. Claro, que también si juzgan los “populares” a Garzón, lo electrocutan con cerillas.
- Ya me extrañaba a mí que pudiéramos mantener una charla en serio. Ya le salió su natural chabacano.
- Con la que va a caer, no me quite el derecho al pataleo.