"Hace treinta años había mucha más incultura, a lo mejor. Y a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba a casa y le pegaba a su mujer. Pero no lo mataba como hoy, ¿eh? Hoy es que la mata, él a ella o ella a él (...). Antes había un sentido moral y hoy no lo hay; antes había unos principios cristianos y antes había unos valores y antes existían los mandamientos (...). Una persona tenía una formación cristiana y, aunque se emborrachaba, sabía que había un quinto mandamiento que decía: no matarás".¿Quién ha dicho estas palabras?:
a) Un imán musulmán.
b) Un sacerdote cristiano.
Si has respondido con la primera opción, enhorabuena, eres uno de los millones de personas cegados por su religión o sus prejuicios (o las dos). Si has respondido con la segunda, enhorabuena, te mantienes informado.
Estas declaraciones las realizó el párroco de Canena, en Jaén. Y lo más terrible del caso es que las declaraciones las hizo en plena homilía en una misa de Primera Comunión.Resulta curioso lo del sentido moral cristiano al que alude este cura. Más que nada porque está justificando el maltrato a la pareja (que no deja de ser otra forma de asesinar más lenta y dolorosa). Pero bueno, teniendo en cuenta que se apoya en uno de los libros más misóginos jamás escritos, en el que se justifica castigar a las adúlteras e, incluso, se habla de que una mujer violada debe casarse con su agresor, pues tampoco extraña que este cura haga estas declaraciones.Lo que sí que me extraña es que estas declaraciones tampoco levanten la polvareda que han levantado otra. Repito el contexto porque es bastante preocupante: el cura estaba oficiando una misa de Primera Comunión, esto es, con niños menores de diez años. Supongo que si el cura fuera alguien con una barba más poblada y que profesase otra religión, ya se estaría pidiendo que rodasen cabezas.Y por encima del cura y de la jerarquía eclesiástica que lo ampara en sus declaraciones, hay otros cómplices. Nadie en esa iglesia levantó la voz para protestar. Todos permanecieron callados y sumisos. Como buenos creyentes.Los maltratadores cristianos ya tienen algo con lo que justificarse: "Verá, es que yo le pego a mi mujer pero lo hago bajo un sentido cristiano".