Sentido y sensibilidad (i)

A ratos pienso en mi propia vida como si fuera la de un aventurero! Siempre he creído que, en la vida, ha de haber algo de heroísmo, algo de magia y esa felicidad simple y cotidiana hecha de momentos vividos y otros apenas soñados! Quizás es que, hasta hace poco, nunca tuve el valor de hacer realidad mis sueños, dedicándome a fantasear en vidas inexistentes y en sueños de alguien que intentaba desesperadamente ser tan solo él mismo, algo taciturno, soñador y casi siempre solitario! También es verdad que, en gran parte de mi historia, esa vida de fantasía tejida de sueños era la escapatoria de una vida ajena, infeliz y obligada, pero que nadie me preguntó si deseaba vivirla! Aún asi, fui capaz de sobrevivirla, aunque en ella -por fantasía que fuera- no había ni felicidad ni dicha!

Siempre remolcado por las circunstancias ajenas, logré vivir una vida clandestina en la que el protagonista era yo y mi esencia, mi sensibilidad escondida y mi sentido propio ante las cosas! Pocos sabían de mí… como yo apenas sabía entonces! Puertas que se abrían y se cerraban sin previo aviso, despedidas silenciosas y ausencias largas o eternas! Sonrisas prefabricadas y un corazón mudo! Ese mismo corazón que venía a mi encuentro cuando el silencio y la soledad me acompañaban. Era mi vida anterior y clandestina, en la que lo más prohibido era reencontrarme conmigo mismo! No hubo infancia, ni amores locos, ni ingenuidades, ni tan siquiera aventuras idílicas, que siempre había deseado para mis adentros. Hubo, simplemente, supervivencia, no dejar de ser yo ni tan siquiera cuando el que los otros veían no era más que un personaje anónimo, que ni yo mismo conocía! Pero había razones para todos mis pensamientos, sentimientos y acciones… aunque solo fueran razones que mi corazón no entendía!

Bajo esa epidermis forjada en la fortaleza aparente y en el convencimiento de obrar siempre bien, sin traicionarme demasiado a mí mismo, fueron pasando los años! Mi optimismo superficial, mi visión por encima de la realidad, mi firmeza en los principios, me hicieron un hombre aparentemente duro, distante y codiciado por lo que aparentaba, más que por lo que ocultaba bajo un semblante interesante y siempre algo enigmático! Había mucho miedo a perder lo que nunca había tenido! Pero, sin duda, lo más importante de mí estaba aún por descubrir, por mi mismo y por los que me apreciaban y querían. Poco Miguel y mucho aries, ascendente piscis, burgués de familia teóricamente acomodada, de padres separados, de educación clásica pero espíritu algo rebelde, alegría enfundada, sentimientos convenientes, oratoria convincente y sentimientos casi nunca exhibidos! Razonable donde los hubiera, con el sentido común siempre en la mano y con esa mirada profunda que, a ratos, me delataba… pero pocos miraban mis ojos! Pero mi vida verdadera y clandestina, seguía guardada en una carpeta azul, vieja y raída, con escritos a mano, desde que tengo memoria!

En esos años hubieron muchos éxitos y fracasos, como en todas las vidas! Una primera empresa a mis 17 años para pagarme los estudios, un salto sin red a lo que, después, supuso mi trabajo en management de empresa, por más de 25 años; un fracaso que me llevó a descubrirme por dentro en un pozo oscuro y encontrar que lo que tenía en mi corazón hasta entonces escondido, era lo que yo siempre había buscado y que podía compartir con quien algún día quizás amara. En algún intermedio entre cientos de actividades que devoraban mi tiempo, hubo ensayos de falsos amores en los que me dejé querer, pero en los que el amor brillaba por su ausencia, incluyendo un matrimonio que me trajo lo que hoy es lo más importante de mi vida, mi querida hija. Fueron tiempos aparentemente fáciles, fructíferos en lo externo y, a ratos, también difíciles y complicados en mi corazón, porque nunca es plácido vivir tu vida por y para otros, cuando el miedo a ser yo, a amar, a vivir y a compartir reinaban en mis días!

Pero hoy veo todos esos años, gran parte de mi vida, como un mero ensayo de lo que debería llegar a ella! Años llenos de actividad, pero vacíos de sentido y de felicidad! Demasiados escritos, demasiados sueños rotos, demasiadas palabras vacías, demasiada soledad involuntaria, demasiados guiños a una vida que se deslizaba por las circunstancias… propias y ajenas, pero siempre cambiantes y, la verdad, tristes por dentro! Y supongo que esa vida debió acabar cuando, por circunstancias de la vida, me sentí muerto! Hoy veo que hay que morir un poco para lograr renacer victorioso…

Seguirá…

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