Otra reflexión de Miguel Benavent de B. Cada vez que leo más de él más identificado me siento, tiene la capacidad de poner en palabras lo que siento y por eso quiero compartirlo con vosotr@s. Como siempre os recomiendo du blog, sin desperdicio... Contigo mismo.Algunos le llaman Karma. Otros, simple Destino. Yo no lo sé, simplemente no me importa!. No intento entender con la razón por qué suceden ciertas cosas en mi vida!. Hace ya tiempo que acepto la vida tal como viene e intento, por todos los medios, buscar el sentido oculto y verdadero que se esconde tras ellas. Me es necesario para aceptar lo que vivo!. Hoy ya no hago planes sobre mi vida y sobre lo que desearía en ella, tan solo intento hacer todo lo posible para seguir mis propósitos y luego dejo que la vida diga la suya! Tensión y distensión, como algunos le llaman!
Pero, como a ti mismo, a veces me sorprenden los acontecimientos!. Si los viera solo con mi mente racional, seguramente me volvería loco, pues muchos de ellos no son lógicos, ni consecuencia de mi actitud en la vida!. Quizás se trata de dejar al tiempo y a la vida que siga la suya y, mientras, intentar no dejar aflorar mis pensamientos, muchas veces confusos, que no logran más que intentar mantener el control de mi vida y, las más de las veces, dejarme perplejo!. Mi mente me invita frecuentemente a tirar la toalla y dejar de ser yo mismo y sentir lo que siento! Aunque reconozco que muchas veces entregarse a lo que llega a la vida y no intentar juzgarlo es difícil y, sobre todo, provoca incertidumbre! Y sé que el único remedio es dejar de intentar planear mi vida y entregarme a lo desconocido, sin miedo! En una palabra, confiar en mi propia capacidad de vivir lo que venga y aprender de ello y, a la vez, aceptar sin resignación que todo lo que llega tiene su propio sentido en mi vida!
A veces ese sentido profundo de lo que sucede en la vida, tarda mucho tiempo en manifestarse! Y no nos han enseñado a tener paciencia! Aún así, gracias a ello o al paso del tiempo, soy capaz ahora de entender muchas de las cosas que he vivido y, en el fondo, estar satisfecho de haberlas vivido, aunque muchas de ellas me produjeran miedo o dolor! Sí, ya sé que todo eso debía suceder para llegar a ser todo lo que soy, poder vivir hoy lo que vivo y, sobre todo, sentir lo que siento! Porque, sea como sea lo vivido hasta ahora, lo que siento hoy es amor, seguramente por primera vez en mi vida! Pero para encontrarlo y sentirlo, debo ser capaz de cerrar mis ojos y concentrarme en mi corazón! Ya he logrado dejar de juzgar la vida o, como antes hacía, sentirla como algo injusta conmigo y con muchas de las personas que quiero, a mí alrededor! Pero, aún así, a ratos, me sigue doliendo el sufrimiento de quien quiero y aprecio, aún sabiendo que seguramente es algo que debe vivir para aprender y luego quizás poder vivir lo que realmente se merece! A veces mi corazón pide felicidad para mí y para los míos… y la vida parece obstinada en impedírnoslo!
Creo que ya sé amar y que todos mis actos obedecen a esa premisa, hasta ahora desconocida en mi vida! También sé que la vida está, necesariamente, hecha de luces y sombras! Pero, aún siendo capaz de sobrevivir al dolor como he demostrado en mi vida, a veces me pregunto por qué la vida se complica tanto y por qué mi felicidad parece tan costosa! ¿Cuántas veces soy capaz de hacer entender a alguien que el sufrimiento es algo consustancial a la vida y, en cambio, soy incapaz de justificar y aceptar -y, sobre todo, sentir- el sufrimiento de quien más quiero? La verdad, muchas veces cambiaría gustosamente mi felicidad por la infelicidad de quien amo cuando está sufriendo. Sé que ese es un sentimiento sincero, bondadoso y honesto, que no hace más que demostrar que hoy ya sé amar de verdad! Al parecer, acepto mejor mi sufrimiento como un medio para aprender, que admitirlo en los demás! ¿Será falta de confianza en esas personas que sufren, pensando que no serán capaces de resistirlo para llegar a la felicidad que creo merecen y deseo obtengan en su vida?
Aún aceptando que en la vida hay luces y sombras, que cada uno tiene su propio camino hacia la felicidad y que amar de verdad es respetar, comprender y aceptar su libertad y el camino que cada cual elije hacia su Destino, a ratos me cuesta aceptar una cruda realidad que se dilata en el tiempo y que esquiva la felicidad de quien más quiero! Quizás soy tozudo, sintiéndome demasiado protagonista en su vida, posiblemente sin haber sido invitado a ello! Porque sin duda le ofrecería mi vida entera por evitar el sufrimiento de quien amo! Daría hoy mi felicidad por su felicidad! Renunciaría incluso a amarla como la amo, si supiera que con ello alcanzase su felicidad! Qué curioso e inhumano sentimiento! ¿Cambiar mi vida por su felicidad? ¿Renunciar a mi felicidad con ella, por mi propia infelicidad, sin ella? ¿De verdad serviría de algo cambiar toda mi luz por sus sombras, para iluminar su vida? ¿Es eso amor a ella o solo miedo a su posible sufrimiento? Quizás ahora solo espero que ella no sienta nunca lo mismo que yo siento, porque inquieta! La confianza en la vida me pide que será capaz de alcanzar por sí misma la felicidad que merece, esté yo o no en su vida, pero sin que yo tenga que renunciar a mi propia vida y mi felicidad! Que sea feliz y que yo sea feliz… o que ambos seamos felices, juntos! Que ella y yo alcancemos cada uno la vida plena que merecemos… o porque ambos la compartamos y construyamos juntos!
Seguramente ahora me doy cuenta de que tengo aún mucho por aprender o que vivir, que es lo mismo! A veces, pensando o sintiendo así, aún me siento demasiado vulnerable, débil y presa de mis condicionamientos! Tal vez aún me queda mucho que vivir para aceptar mi amor y, a la vez, aceptar el sufrimiento de la persona que más quiero! Amarle así, sin recelo, sin posesividad, sin espectativas, sin pedir nada a cambio… y sin obstaculizar ni juzgar su propio camino hacia la felicidad! ¿Es eso también amor? ¿Puede existir amor, sin pretender ser parte de su felicidad? ¿Dónde quedaría, pues, esa felicidad compartida en forma de caricias, abrazos tiernos, miradas clarificadoras, esos besos deseados? Quizás todo eso son solo sueños que están hoy en mi corazón aguardando que llegue el día en que se hagan realidad! Pero, mientras, me siento afortunado de lo que siento ahora, ya sea alegría al sentirla feliz o pena al sentirla -o presentirla- sufrir… siempre que tengan sentido en su, en mi… y en nuestra vida!Miguel Benavent de B.