Gracias, Valentina. Tu testimonio es una piedra preciosa en un mundo que ha olvidado la magia de la vida. Con tus palabras conviertes a la adolescencia en el corazón del cambio y la revistes de su auténtica belleza. Si tuviese que identificar la adolescencia con algo, lo haría con una flor; porque nos recuerda, a los mayores, que tenemos sueños que cumplir, y lo hace como una flor: con la rebeldía de sus colores y con la sutileza de su aroma. Gracias, de corazón, maestra.Para leer su mensaje pincha en la siguiente dirección:
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