por Jenifer Delgado Suarez
Sentirse estancado en la vida es una situación relativamente habitual. Casi todos, en algún momento, nos hemos sentido atrapados en un sitio, un rol, una relación o una situación en la que no nos sentimos a gusto. Por supuesto, sentirse atrapados no es agradable.
Podemos sentirnos profundamente abrumados y abatidos porque no logramos dar el impulso que deseamos a nuestra vida. Nos envuelve una pegajosa sensación de pesadez que nos ancla en el punto donde nos encontramos y nos impide avanzar en cualquier dirección. Cuando esa sensación se mantiene a lo largo del tiempo puede alimentar la pérdida de sentido de la vida y terminar transformándose en depresión e indefensión.
La verdadera razón por la que te sientes estancado en la vida
Se pueden aducir mil y una razones para explicar la sensación de estancamiento en la vida. Algunos pueden sentirse atrapados en un trabajo monótono que no les brinda las oportunidades profesionales que desearían, otros en una relación de pareja que ha dejado de satisfacerles y se ha convertido en una fuente de conflictos y otros incluso pueden sentirse atrapados en un contexto geográfico o social que les resulta oprimente y deprimente.
Sin embargo, lo cierto es que cuando te sientes estancado en la vida, experimentas cierta parálisis indeseada que suele provenir de haber estado demasiado tiempo en un lugar existencial para el cual no parece haber salida pues cuando miras al horizonte no oteas ningún cambio trascendental.
Básicamente, sentirse estancado en la vida es el resultado de creer que deberías ser algo que no eres. Es la sensación que se genera cuando piensas que la vida debería ser diferente de lo que es. Por tanto, esa sensación de parálisis no es más que la distancia entre lo que eres y lo desearías ser, entre lo que ocurre y lo que desearías que ocurriera. De cierta forma, sentirse atrapados siempre es la expresión de una insatisfacción vital con lo que somos o el punto en el que nos encontramos, cuando no somos capaces de ver la vía de salida para llegar hasta la situación ideal.
Tras muchos meses de pandemia y monotonía, no es raro que esa sensación de estancamiento flote en el ambiente y muchas personas sientan que no han podido avanzar, vivir cosas nuevas, descubrir nuevos sitios o incluso emocionarse. La rutina a menudo es el terreno en el que crece la sensación de estancamiento.
Por otra parte, el estilo de vida que llevamos también puede amplificar esa sensación de parálisis. Como explicó el filósofo Byung-Chul Han, la sociedad del cansancio nos lleva a autoexplotarnos, lo cual conduce a un estado de fatiga existencial permanente que nos dificulta manifestar nuestro impulso vital y buscar algo significativo que nos llene y nos dé dirección más allá del trabajo y las obligaciones sociales.
¿Qué hacer cuando te sientes estancado en la vida?
1. Ríndete a esa sensación de parálisis
Si te sientes estancado en la vida, simplemente reconoce y acepta la sensación de estar atrapado. Lo peor que puedes hacer es enredarte en la red de los "debería", "tengo que" o "debo". Si te relajas y te rindes a esa sensación, entrarás en un periodo de tranquilidad en el que las cosas comenzarán a fluir.
Toma nota de los pensamientos y sentimientos que experimentas cuando te sientes atascado existencialmente o percibes que algo anda mal. Si aceptas esa sensación, no te atrapará. Necesitas darte cuenta de que se trata tan solo de una etiqueta que le has colocado a un momento de tu vida que no ha satisfecho las expectativas que tenías.
Aceptar que te sientes atrapado no hará que esos sentimientos desagradables desaparezcan como por arte de magia, pero al menos no te dominarán hasta el punto de arruinarte la vida. Lo curioso es que cuando aceptas que estás estancado se produce el milagro: dejarás de estarlo porque habrás dado un paso fuera del bucle en el que te encontrabas.
2. Prepárate para tomar decisiones
" Locura es hacer lo mismo siempre y esperar cada vez resultados distintos ", dijo Albert Einstein. Eso significa que si quieres salir de esa fase de estancamiento debes hacer algo diferente para generar el cambio que deseas. Si sigues apegado a la rutina, esa sensación de parálisis no desaparecerá por sí sola.
Por supuesto, tomar una decisión no es fácil. Si has llegado hasta el punto de la parálisis, es probable que sea porque te has dejado arrastrar por las circunstancias sin tomar decisiones. Te has dejado arrastrar por el flujo de los acontecimientos porque era lo más sencillo. Sin embargo, para salir de ese bucle debes cuestionarte: ¿Qué te molesta de esa situación. ¿Qué te resulta insatisfactorio? ¿Qué cosas se han convertido en una fuente de infelicidad? ¿Es justo que te conformes con esa situación?
A continuación, emprende el camino del cambio. ¿Qué puedes hacer para salir de ese contexto? Examina tus circunstancias y piensa en lo que puedes hacer ahora mismo para dejar atrás la frustración que experimentas. Salvo situaciones muy extremas, siempre se puede hacer algo. ¿Qué te animaría? ¿Qué te devolvería la alegría? ¿Qué te haría sentir que estás avanzando en tu vida?
La clave consiste en ir tomando pequeñas decisiones que te conduzcan al punto en el que quieres estar. Es probable que no puedas pasar del estado actual al estado deseado en un abrir y cerrar de ojos. No te desesperes, simplemente ve realizando pequeñas acciones que te saquen de la abulia actual y te vayan acercando a la situación que deseas.
3. Abraza la espontaneidad y diviértete
Erich Fromm pensaba que la espontaneidad es un reflejo del impulso de la vida, la cual está hecha para discurrir libremente. Cuando ese flujo se frustra, generalmente porque intentamos encajar en la sociedad y satisfacer las expectativas de los demás, dejamos de responder a nuestros impulsos, nos desconectamos de nosotros mismos y se crea una distancia entre lo que deseamos y lo que hacemos.
Con el tiempo, cuando esa distancia se amplía, vamos perdiendo la espontaneidad y la capacidad para divertirnos. Entonces nos sentimos estancados en la vida. Por eso, una de las estrategias para recuperar las ganas de vivir y volver a imbuirnos en ese flujo vital consiste en recuperar la espontaneidad.
Cuando tengas ganas de hacer algo, ¡hazlo! Conecta con tus impulsos interiores y dales la oportunidad de expresarse. Si tienes ganas de bailar, escribir, pintar, hacer un viaje... simplemente ponte en marcha sin preguntarte por qué. En realidad, no tendríamos que buscar ninguna excusa ni razón para divertirnos y disfrutar de la vida.
Las actividades más espontáneas y creativas no suelen tener un propósito más allá de hacernos sentir bien. No suelen tener un fin, sino que son un fin en sí mismas. Lo cierto es que siempre hay algo que hacer cuando te sientes estancado porque todas las áreas de tu vida no están completamente paralizadas. Un pequeño empujón en un área puede generar un efecto bola de nieve que involucre al resto de las esferas y te ponga en movimiento otra vez.
En cualquier caso, recuerda que sentirse estancado es solo un periodo, como muchos otros en la vida. A veces no avanzamos a velocidad de crucero. A veces necesitamos detenernos o incluso dar vueltas en círculos. No hay nada de malo en ello. La sensación de que vamos siempre hacia adelante es tan solo una ilusión y genera una presión innecesaria. Es posible que esa parálisis sea solo exterior porque en tu interior se estén produciendo los cambios necesarios para dar el próximo salto en tu vida.
Fuente https://rinconpsicologia.com/sentirse-estancado-en-vida-que-hacer/