Revista Salud y Bienestar
Compartir con una persona varios meses, esfuerzo de cada quien por su lado, ser quien conforme el enojo, o te acompañe en el enojo, ayudar sin pedir ese gracias, creer en la persona y nada más en el interior no en la fachada, conocerle por sus defectos, sus virtudes y entender que muchas veces la gente alrededor es la que destruye, la que crea esa concha, esa barrera entre lo verdadero y lo irreal
Hay límites en las relaciones humanas, entre amistad, entre jefe y empleado y compañeros, pero sobre todo el hecho que uno vea alcanzar la meta y sentirse satisfecho no pq mejoren tus condiciones, no porque te ayuden más adelante sino pq crees q es justo que todos recibamos un poco de felicidad, un poco de satisfacción, que aquellas acciones buenas que has hecho Reciban su recompensa, esforzarse por uno da gusto pero la paz que da a ver contribuido a la felicidad de alguien a que ese corazón haya palpitando de alegría, de orgullo de emoción, ese sentimiento no tiene precio.
Es más piensas que tu aportarte tu poquito, que aunque la persona se muestre modesta ante su logró, tu solo puedas sonreír con los ojos, y sentirse orgullosa.
De la última experiencia política aprendí, que hay gente. Buena y gente mala, los malos se hacen por abuso de poder otros por ambición, otros por la mala experiencia, otros pq hay demasiada envidia, celos, y los que son buenos se pierden porque los defraudan, los hieren, los hacen frustrarse pq sienten que ser buenos no es la regla general