Revista Cine
Director: Yeon Sang-ho
Yeon Sang-ho quizás sea más conocido por la exitosa "Train to Busan", pero el suyo es un nombre que ya sonaba con cierta fuerza desde hace bastante tiempo gracias a sus películas de animación ("The King of Pigs" y "The Fake"), y supongo que quienes sabían de su filmografía se extrañaron lo suyo al verlo liderando una cinta live action, aunque ya no tanto cuando se supo de la existencia de "Seoul Station", complemento animado de "Train to Busan" que al parecer vendría siendo una precuela, como se dice en todos lados, si bien, me imagino, la acción de ambas transcurren simultáneamente. Estaba viendo que lo próximo de Sang-ho es una película con actores de carne y hueso sobre un hombre que adquiere súperpoderes. No sé si me entusiasma mucho.
"Train to Busan" era un entretenimiento de calidad que tenía atractivos personajes y un endiablado ritmo de acontecimientos que no te dejaba descansar ni respirar. "Seoul Station" tiene las mismas características: una narración frenética que logra mantenerse fresca y variada, alternando entre la acción en grandes espacios y el suspenso de lugares más compactos. Tiene un par de cosas que son para frustrarse y poner los ojos en blanco, como cuando la protagonista huye de los zombis y no se le ocurre cerrar las puertas para impedirles el paso, o cuando la protagonista y su novio hablan por teléfono y la primera comienza a ser atacada y el segundo se queda escuchando y gritándole si está bien en vez de ir a su encuentro para ayudarla (y eso que ella ya le había dicho donde estaba), pero qué importa, de todas formas "Seoul Station" sigue siendo otro buen entretenimiento de calidad que te mantiene atento durante todo el metraje, y además, lo admito, los personajes no tienen por qué ser perfectos y encontrar las mejores soluciones de inmediato. Como valor agregado y a diferencia de "Train to Busan", ésta se permite incluir una crítica social que queda claramente reflejada en el hecho de que los primeros y principales afectados son vagabundos que no pueden recurrir a nadie y que, cuando lo hacen, son ignorados con expresiones de asco y desprecio, o también cuando llega el momento en que los policías y luego los militares comienzan a disparar a civiles no infectados que tenían el paso cortado: la represión del sistema, a todas luces. Sin embargo, a pesar de esos bien incluidos y tratados ingredientes, no olvidemos que "Seoul Station" es una película de zombis de esas de huir y salvarse a toda costa, en un principio coral para luego centrarse en la protagonista, una joven ex prostituta a la que los zombis la pillan en mitad de la calle, y su novio, quien acompañado de su padre, la busca por toda la ciudad para salvarla. El personaje del vagabundo que hacía todo por su hermano también me conmovió bastante, de hecho me gustaba más que los otros, pero, dramáticamente hablando, hay que saber cuándo cortar con ciertos elementos. En fin, "Seoul Station" es una película bien hecha que tiene un buen giro final (es tanto el desorden y la incertidumbre externa que uno no se detiene a cuestionar el peligro inherente que subyace en los humanos, y cuando nos damos cuenta no es menor la sensación de contrariedad e incluso sorpresa) y un mejor desenlace. A fin de cuentas, no es la típica película de zombis llena de lugares comunes; no será la que renueve el género, pero se agradece su autonomía e integridad narrativa, pues así uno pone verdadera atención en vez de quedarse mirando por inercia (como zombie).
Buena película, sí señor. Espero que pronto pueda ver y comentar las otras dos películas del director.