Todos los negocios pasan por etapas de madurez. Incluso el crecimiento puede ser comparado con el mismo crecimiento del cuerpo humano. Existen diferentes escalas y etapas, las que no necesariamente están en función de la “edad” de la empresa, si no por una serie de características, valores, estructuras y personal. De cualquier modo y cualquiera que sea la escala, todos los negocios viven una etapa donde se espera que el negocio comience a dar frutos, a generar utilidades.
Sin embargo, muchas empresas no logran sobrevivir a esta etapa, hay estadísticas que mencionan que es a los cinco años desde su formación para que para que se presente el fracaso en las PYMES (las estadísticas varían de una fuente a otra y de un año a otro). Por otro lado, algunos empresarios hablan de un año o año y medio para comenzar a ver los beneficios del negocio.
Los motivos de fracaso pueden ser varios así como las circunstancias en los que los empresarios logran ver los beneficios de su negocio. Un factor fundamental parte de cómo gestiona el empresario su negocio, de las decisiones que toma, los valores, costumbres y de la propia disciplina. En este caso, la disciplina se refiere a la voluntad y perseverancia para separar el negocio de la vida personal. Evitar ciertas acciones que ya se a corto o mediano plazo pueden afectar el desempeño general de la empresa, y en ciertos casos la sobrevivencia de ésta a las estadísticas.
Considero conveniente considerar las siguientes recomendaciones …
• Separar los ingresos de la Empresa de los Gastos Personales.
Esto implica en primer lugar el no comenzar a gastar mas de lo necesario, no por tener una empresa o incluso hacerse llamar Director General significa que el dueño está en posibilidades de darse una vida lujosa. Por lo menos no hasta que el negocio comience a ser rentable. Existen casos de empresarios que apenas cobrado el primer cheque cambian de automóvil o se mudan de casa, inflan sus gastos regulares, llegando incluso a utilizar los ingresos de la empresa para cubrir sus gastos personales y de su familia.
Por un lado, el disponer indiscriminadamente de los recursos, genera desorden en la contabilidad y hace mas difícil medir la rentabilidad. Puede llegar a perderse la visibilidad del desempeño de la empresa. Tampoco significa tener un control (comprobantes fiscales) de los gastos personales, ya que se trata de desembolsos que no contribuyen a mejorar la operación. Tal vez en el sentido fiscal exista un beneficio, pero desde luego ese no es objetivo de la empresa.
Es recomendable que el Dueño del negocio se asigne un sueldo fijo, sobre la cantidad, desde luego, estará limitado por los ingresos que la empresa perciba. Algunos empresarios recomiendan vivir frugalmente y gastando lo mínimo.
• No ocupar personal de la empresa para cuestiones personales
A veces es necesario realizar una reparación en casa, o incluso una tarea escolar que resolver, es tentador pedirle a un colaborador que ayude en la labor, o incluso enviar a alguien a realizar algún tipo de trámite de carácter personal. Considero importante separar al personal de la empresa de los asuntos familiares, por triviales que puedan parecer. El desviar la atención del personal de su objetivo principal, aunque parezca no afectar a la operación del negocio, a la larga se volverá rutina (como hacer los pagos personales, recoger a los niños en la escuela, etc) tareas que no están aportando al negocio. Además, es conveniente ser cautelosos, dado el clima de inseguridad.
• Buscar Proveedores lejos del Círculo Familiar
Cuando se contrata un servicio, se tienen ciertas expectativas sobre qué esperar, se tiene la libertad de cambiar de proveedor cuando éste no es satisfactorio. Pero cuando se buscan los servicios de un conocido de la familia (el primo del cuñado, el esposo de una prima, etc). Se tiene el riesgo natural de solapar las fallas incluso justificándolas y muchas veces por no provocar un conflicto familiar. También, por el otro lado, el proveedor allegado a la familia puede portarse displicentemente si considera, que no tendría problemas en caso de fallar o retrasarse con las entregas. Sin duda, se espera que con el contratar a una persona conocida se obtendrían beneficios, mejores precios, etc. Esto puede ser cierto, pero también se deben dejar claras las reglas del juego y contar con la madurez de separar los negocios de la relación familiar y evitar los servicios de los familiares que no lo entiendan de ese modo.
• Separar a la Familia del Negocio
Siempre es mas fácil confiar en un familiar que en un extraño, muchas empresas se estructuran con familiares del dueño realizando funciones “clave” para el negocio. Existen relaciones de confianza y el grado de compromiso, puede ser mayor. Además, muchas empresas exitosas no lo serían sin el involucramiento de la familia. Pero también, esta inclusión sin control puede generar cotos de poder dentro del negocio o bien posteriores problemas ante un proceso de sucesión.
Desde luego, no se pretende sugerir que se evite totalmente la inclusión de la familia o parientes dentro del negocio. Pero si es conveniente establecer reglas, al igual que el dueño, cualquier familiar que labore en la organización perciba un salario fijo así como un contrato., tal como se haría con cualquier otro colaborador. De igual forma que con un colaborador ajeno a la familia, solo contratar a familiares cuando exista la necesidad de cubrir un puesto, procurando que las competencias (conocimientos, habilidades, experiencia) sean compatibles con el puesto que desarrollara. El contratar a un familiar sin saber qué va a hacer exactamente, puede entenderse, como una mezcla entre los gastos personales con los ingresos del negocio o bien, implica un salario que, por el momento no aportaría ningún valor adicional a la empresa.
Por último, se recomienda hacer una separación de los conflictos que pueden llegar a surgir cuando están integrados familiares en el negocio. Esto puede ser complicado, sin embargo, el establecimiento de reglas claras desde el principio e incluso cuando existen contratos de por medio, los conflictos pueden ser mínimos o limitarse al ámbito profesional.
Publicado por Alfonso Tercero
http://alfonso-tercero.blogspot.com/2010/04/separar-las-cuestiones-personales-del.html#more
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