Un nuevo mes siempre es ese despertar que te impulsa a comenzar algo; ya sea ese libro que has tenido por meses en la mesita de noche y que sólo abres y no pasas de la primera página, ese “mañana empiezo la dieta”, o el hartazgo del trabajo que no te deja avanzar pero tampoco te impulsa a encontrar uno nuevo.
En enero, los gimnasios se llenan de buenas intenciones y en septiembre, regresas después de un parón de mmm seis meses. Porque el nuevo ciclo escolar también nos marca y aunque ya no estemos en el cole, septiembre es ese mes en el que podemos volver a empezar. En el que hacemos un repaso de esos propósitos de principio de año y en el que damos paso a una nueva etapa. Termina el verano y en otoño, renovarse o morir.
Dicen que septiembre es el mes de los divorcios, del agarrar tu vida por los cuernos, y volver a empezar. Pues bien, es un buen momento para que le digas adiós a todas esas cosas que no te dejan avanzar.
Es momento de agarrar las riendas de tu vida y decirle adiós a ese trabajo que sólo te pone de malas, esos kilos de más que te pesan el alma, esos “amigos tóxicos” que no te aportan nada y que te dejan tirado en la acera cada que los ves.
Deja de complicarte la vida y dile adiós a esa inagotable pereza que te hace estar pegada al sofá. No dejes que la vida se te vaya en un santiamén y esos propósitos que recitabas mientras comías las uvas del comienzo de año, pues a cumplirlos que septiembre es un buen día para volver a empezar.
Deja que el miedo se quede en la playa y comienza a tomar decisiones para cambiar tu vida. Si el éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día, hoy haz algo diferente.
Sonreír es el primer paso así que manos a la obra que hay muchos fantasmas que desechar.
A esta vida vienes a tomar decisiones y hoy es un buen día para decidir lo que quieres y lo que no quieres en tu vida. Dejar lo que te gusta, lo que te hace levantarte por las mañanas, lo que significa todo para ti y dejar atrás todo aquello que borra tu sonrisa.
De pequeña mi padre siempre decía que nunca permitiera que alguien me borrar la sonrisa y que nunca regresara al lugar donde me la quitaron. Esto aplica para relaciones pasadas en las que siguen enganchados en la costumbre y en el mágico pero trágico “no me olvides” que lo único que hacen es no sentirte solo por un momento y te hacen olvidar que esa relación no sólo te borró la sonrisa si no que te dejó el corazón en pedacitos. También cuenta esa familia que aunque la sangre es bueno sangre y llama, también daña así que por mucha genética compartida, si en lugar de dar amor que es lo que la familia da, te hunde pues diles adiós. No tiene sentido. Familia sólo hay una pero amigos, amigos hay muchos y tú los eliges.
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Aprovecha el “regreso al cole” para sacudirte de todo lo que no te permite avanzar. Asegúrate de conocerte y saber exactamente lo que quieres y lo que no quieres en tu vida y repasa esos propósitos de principio de año que más de uno ni siquiera has cumplido (¡ejem!)
Dile adiós al verano, déjate sorprender y da la bienvenida a los cambios.