Cuánto me alegra leer este artículo de Sandro Magister y enterarme que los legionarios están dejando atrás ese antievangélico cuarto voto que les prohibía criticar a sus Superiores cuando se hace evidente que no están obrando correctamente. Eso fue un abuso contra los sacerdotes legionarios.
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Los jefes que escondieron las fechorías del "falso profeta" siguen ocupando los lugares de mando. Pero su final está marcado. Entre los Legionarios de Cristo crece la revuelta. El paso lento pero inexorable del delegado papal
por Sandro Magister
Tomado de: chiesa.espressonline.it
ROMA, 16 de diciembre del 2010 – La orden fue taxativa. Las fotos de Marcial Maciel Degollado, el hombre de la vida "aventurera, desperdiciada, disparatada", que Benedicto XVI ha definido en su reciente libro-entrevista "un falso profeta", deberán desaparecer de todas las casas de los Legionarios de Cristo
No sólo eso. Ya no deberán llamarlo más "Nuestro Padre". No deberán jamás festejar sus fechas conmemorativas sino sólo rezar por él en el aniversario de su muerte. Ya no deberán hacer ver o vender sus escritos. En Cotija de la Paz, en México, donde está sepultado, su tumba no más deberá tener un signo distintivo. Deberá ponerse, junto a la casa para retiros espirituales que existe allí, "un lugar dedicado a la reparación y a la expiación".
Estas disposiciones han sido impartidas el 13 de diciembre a todos los legionarios del mundo por su director general Álvaro Corcuera, por orden del cardenal Velasio De Paolis (en la foto), delegado del Papa para traer a la Congregación de vuelta al camino recto.
Estas siguen a pedidos urgentes que han ido creciendo dentro de la misma congregación, como www.chiesa había documentado ya en un servicio del pasado 30 de agosto:
> El fantasma de Maciel sigue infestando el castillo
Pero la verdadera novedad de estas últimas semanas es que dentro de la congregación de los Legionarios de Cristo las voces críticas y los pedidos de renovación ya no son sólo de pocos y aislados individuos, sino que se han convertido en un coro.
La capa de silencio y de miedo que pesaba sobre gran parte de los legionarios se ha roto. Las críticas se han vuelto argumento de pública discusión. Y se dirigen precisamente contra el grupo dirigente, el círculo de los que hacían bloque en torno al indigno fundador y que hasta ahora ocupan los puestos de mando.
En poco tiempo, la credibilidad de estos ha caído de tal manera que algunas críticas se dirigen también contra el delegado pontificio De Paolis, al cual se reclama en proceder con demasiada cautela, cuando por el contrario se esperaría de él que sea "cortador de cabezas".
Una carta abierta que circula entre los legionarios con el título "Velasio De Paolis, entre la expectación y el despiste" subraya precisamente este contraste entre las esperadas respuestas en el delegado pontificio y la desilusión por lo poco que hace.
Al cardenal De Paolis se le echa en cara dedicarse a la renovación de la congregación "sólo tres mañanas en la semana", de quedarse dentro en los locales de la dirección general, de no hablar y no entender español, la lengua prevalente en la Legión, y sobre todo de sufrir el control envolvente de los jefes, siempre los mismos antes y después de la muerte de Maciel.
Los pocos cambios que De Paolis ha decidido hasta ahora en el vértice han sido vistos por muchos como la prueba de su pasividad.
El 23 de noviembre, cuando el más poderoso entre los jefes, el vicario general de la congregación Luis Garza Medina debió ceder los cargos de prefecto general de los estudios y de director territorial para Italia, la noticia fue acogida por muchos con decepción, más que con alivio, porque para sucederlo fueron nombrados dos de sus pupilos, José Enrique Oyarzún Tapia y Óscar Náder Kuri, este último de Monterrey, la ciudad mexicana donde nació Garza y donde tiene el cuartel general del Grupo Integer, la estructura financiera personal con la que controla todas las escuelas y las obras de la congregación.
El 8 de diciembre, cuanto la dirección general de los Legionarios de Cristo comunicó la composición de la comisión que se ocupará de revisar las constituciones, también muchas reacciones fueron de desilusión.
La comisión será presidida por el cardenal De Paolis y por dos de sus cuatro asistentes: Gianfranco Ghirlanda, jesuita, y Agostino Montan. Pero los legionarios llamados a formar parte de ella están evidentemente todos estrechamente vinculados con el círculo del fundador.
Uno de estos, Roberto Aspe Hinojosa, mexicano, pertenece al grupo de los primeros seguidores de Maciel, los que él personalmente formó.
Otro, José García Sentandreu, español, es la cabeza de las obras de apostolado de la Legión.
Un tercero, Anthony Bannon, ha dirigido a los legionarios en los Estados Unidos de 1976 al 2004 y ha sido miembro del consejo general de la congregación hasta el 2005.
El cuarto, Gabriel Sotres, ha sido por veinte años el responsable de la comunicación de la Legión, el "spin master" que ha protegido la doble vida de Maciel con un éxito tal que ha hecho decir a Benedicto XVI en el libro-entrevista "Luz del mundo" que verdaderamente "estaba bien cubierta".
Simultáneamente, el director general de la Legión, Corcuera, ha difundido una carta kilométrica en la cual anuncia una serie de indicaciones que serán tomadas en el futuro, como si todavía estuviera plenamente al mando de todo.
Pero no es así. Y varios indicios lo dan a entender.
Ante todo, la carta de Corcuera ha suscitado reacciones públicas por parte de legionarios también de primer nivel, cosa que jamás había ocurrido antes, cuando ninguno osaba criticar la palabra de los superiores.
Una carta de respuesta a Corcuera, muy crítica, lleva la firma del padre Pablo Pérez Guajardo, 56 años, mexicano, párroco en Cancún después de un periodo pasado en la sede central de Roma.
En ella, el padre Guajardo pide tres cosas: que se repudie definitivamente a Maciel como "fundador" de la Legión; que se autorice a todo legionario a confesarse por un sacerdote escogido por él en vez de uno indicado por los superiores; que se restituya a la Santa Sede el instituto Notre Dame de Jerusalén, recibido de Juan Pablo II, en el 2004, para gestión, "engañando", escribe.
De estas tres solicitudes la primera ha sido satisfecha sustancialmente por las indicaciones del 13 de setiembre.
La tercera no tiene ninguna probabilidad de ser efectuada. Pero mientras tanto el cardenal De Paolis ha confiado a su asistente Ghirlanda, ex rector de la Pontificia Universidad Gregoriana y canonista de valía, la tarea de poner orden en las estructuras administrativas de la Legión, quitando el poder al Grupo Integer - es decir a Garza - y atribuyendo autonomía de gestión, con dirigentes propios, a cada universidad, colegio y obra, individualmente. Este trabajo de limpieza y de reordenación está procediendo con ritmo acelerado. La Universidad Europea de Roma será una de las primeras en beneficiarse de este reajuste.
Respecto al segundo pedido, la libre elección del propio confesor está convirtiéndose cada vez más en una práctica difundida, por iniciativa de los legionarios individualmente. La libertad de conciencia y la distinción entre "fuero externo" y "fuero interno", junto al ejercicio de la autoridad, están en todo caso al inicio de la agenda del cardenal De Paolis, para renovar las reglas de vida de la congregación.
Pero lo que verdaderamente hace temblar a Garza, Corcuera y todo el grupo de poder que se formó con Maciel está sobre todo en el hecho de que para el delegado pontificio ese grupo tiene decretado su final.
De Paolis procede con los ritmos de tortuga típicos de la curia romana, de la que es un perfecto exponente de los modos a la antigua. Todavía está estudiando el terreno, pero ya sabe donde llegar. Está extremadamente convencido de que no podrá haber renovación de la Legión manteniendo a la cabeza a los mismos hombres que la llevaron al desastre. Tiene el pleno respaldo de Benedicto XVI. Dentro de algunos meses, quizá para la Pascua, rodarán las primeras cabezas.
Traducción en español de Juan Diego Muro, Lima, Perú.