El fin de la pobreza es una decisión política , cambiar la política una decisión personal. Vivimos en un mundo en continuo movimiento en el que nada permanece y todo evoluciona. Lo que parece no desaparecer son las desigualdades sociales y humanas. Por eso necesitamos impulsar nuevas ideas y afrontar los cambios de manera crítica y abierta ; sin negar nuestros orígenes pero sin darle la espalda al cambio y a lo novedoso.
El mundo en realidad siempre ha estado globalizado, siempre ha habido intercambios y sabemos que es necesario que los haya para poder vivir. Pero lo que podemos ver desde la caída del muro de Berlín en 1989 , existe una globalización, una liberalización de los mercados de capitales, bienes y servicios, que ha aumentado las desigualdades entre países y también entre la sociedad de un mismo país. A pesar de los adelantos técnicos, tecnológicos y del crecimiento de la economía, estas desigualdades crecen día día en vez de reducirse.
Los gobiernos de los países del norte se han dado cuenta que aunque aumente la economía las desigualdades también aumentan, y se han dado cuenta de que tenemos que hacer algo. La comunidad internacional, a partir de septiembre de 2002, hizo una declaración para intentar corregir estas desigualdades. Los principales objetivos de esta declaración fueron : reducir la pobreza, mejorar la salud, promover la paz, el respeto a los derechos humanos, la igualdad de sexos, y también asegurar la sostenibilidad del medio ambiente. Se dieron cuenta de que el que la economía aumentara, no quería decir que hubiera más felicidad; entonces añadieron el concepto de desarrollo humano, intentaron poner a la persona en el centro del universo y poner la economía al servicio del ser humano, y no al revés. Este resumen no es más ni menos que la famosa Declaración del Milenio, que quiere poner poner a las personas en el centro de la economía, respetando el medio ambiente.
Llevo varios años con la idea, para algunos utópica, de la necesidad de una renovación política. Necesitamos políticas coherentes de redistribución de recursos a nivel global, al igual que necesitamos que haya voluntad política para ese cambio. Actualmente, está comprobado que existen recursos para todos, lo que nos corrobora que carecemos de iniciativa que lleve a cabo ese cambio y haga de la globalización un fenómeno positivo para todos y en todos lugares del mundo.