Mis lecturas en los últimos meses (sobre todo Joyce y Brecht) me confirman que llevo cinco años de “atraso” (por lo menos) respecto del resto de mi generación. Leo siempre a destiempo y esa lectura es muy productiva, trabajo siempre los libros fuera de contexto, en otras relaciones ligadas a mi propio ritmo y no al aire de la época. Por ejemplo, en Brecht me interesan los ensayos y no el teatro, y en Joyce busco sus formas más clásicas y no tengo nada que ver con el fluir de conciencia que hace estragos en mis contemporáneos. Ser de vanguardia es estar a destiempo, en un presente que no es de todos.
Ricardo Piglia
Los diarios de Emilio Renzi
Jueves 13 de mayo de 1971
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«H», como Historia de la filosofía. Se suele decir que en tu obra hay una primera etapa consagrada a la historia de la filosofía. Ya en 1952, escribes un estudio sobre David Hume. Le siguen libros sobre Nietzsche, Kant, Bergson y Spinoza. Los que no te habían leído y te consideraban un comentador se quedaron muy sorprendidos con Lógica del sentido, Diferencia y repetición y, naturalmente, El Antiedipo y Mil mesetas. Como si hubiera habido un Mr Hyde que dormitaba en el Doctor Jekyll. Así, en el momento en que todo el mundo explicaba a Marx, tú te sumergías en Nietzsche (que en aquellos años era verdaderamente sospechoso de fascismo), y en el momento en que todo el mundo debía releer o leer a Reich, tú te volvías hacia Spinoza con su famosa pregunta: ¿Qué puede un cuerpo? Hoy, en 1988, vuelves a Leibniz. ¿Qué es lo que te gustaba, y qué es lo que te sigue gustando en la historia de la filosofía?
Claire Parnet
Abecedario de Gilles Deleuze
Foto: Ricardo Piglia