Revista Cultura y Ocio

Ser feliz en Alaska: Mentes fuertes contra viento y marea, de Rafael Santandreu

Publicado el 03 junio 2016 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza

Ser feliz en Alaska: Mentes fuertes contra viento y marea, de Rafael Santandreu

Ser feliz en Alaska
Rafael Santandreu
Grijalbo
320 páginas

Consejos para ser feliz desde el punto de vista de la psicología cognitiva.

Reconozco que tenía un cierto prejuicio hacia los libros denominados "de autoayuda". Después de leer esta obra mi rechazo ha aumentado, pero ya con conocimiento de causa.

Lo primero que sorprende es la jactancia del autor, que presume de que puede lograr cambios asombrosos en la vida de las personas solo con sus "técnicas" psicológicas, basadas en la psicología cognitiva. Más que el de un psicólogo, el tono parece el de un gurú.

Como suele ser común en este tipo de libros, el autor nos cuenta en cada capítulo varias anécdotas o historietas que ilustran la temática. En este caso, se trata de historias algunas conocidas, otras de su vida o experiencia profesional, bastante pobres. Dado que se busca un público amplio, no hay muchas referencias a artículos y estudios de alto nivel que respalden sus aseveraciones (se limita a decir que la psicología cognitiva es la más eficaz y exitosa, sin más), ni el lenguaje destaca en lo técnico, lo cual a veces da al libro un aire poco riguroso. La prosa tampoco brilla. A decir verdad, todo lo contrario. Es bastante simple. Llama la atención que tenga que recurrir tan a menudo a los signos de exclamación ya que con la mera redacción no logra transmitir el supuesto entusiasmo y optimismo del mensaje.

Muchas de las ideas son de "perogrullo", obviedades y generalidades; otras son discutibles, y en general, poco ayuda este libro de autoayuda a quien no está convencido de antemano. Una de las geniales ideas es que no te debes quejar porque hay otros que están peor que tú, como varios casos que cita de personas discapacitadas, según él muy felices, a pesar de no poder mover casi ninguna parte del cuerpo. Otra genial idea es que debes renunciar a todo, incluido trabajo y dinero. Lo curioso es que el autor no renuncia a nada de eso. Naturalmente, esta renuncia es "mental", lo cual nos da una buena coartada para fingir que seguimos el precepto sin perder nada.

Por resumir, siguiendo solo estos tres pasos básicos se puede alcanzar la felicidad:
-Orientarse hacia el interior (buscar el bien en uno mismo, ya que no necesitas a nadie más para ser feliz)
-Aprender a andar ligeros (saber renunciar a todo, sobre todo a los bienes materiales)
-Apreciar lo que nos rodea (aprender a apasionarse por la vida)

El tema de la renuncia es el que más me irrita. El autor afirma que podemos vivir sin dinero (si tenemos las necesidades de comida y bebida cubiertas), que se puede disfrutar si perdemos nuestro trabajo e incluso que debemos comprender que, en realidad, no necesitamos el empleo. Y lo dice él, que ganará miles de euros hablando de estas cosas, además de tener su profesión de psicólogo y varios libros publicados. En teoría, "si no tuviera" estas cosas, él sería igualmente feliz... en teoría, porque, de momento, sí las tiene y habla desde la prepotencia que da la seguridad económica (que dice que no es necesaria). En el libro se asegura, citando a otro, que la depresión puede ser "un camino hacia la virtud", lo cual ya lo dice todo sobre esta obra... Por cierto, llama la atención que el autor, cada dos por tres, y sin venir a cuento, se defina como "no católico". Sin embargo, todo el libro está impregnado de un tufo a religión, sobre todo oriental, pero también cristiana, que se huele a leguas, tanto en la forma de pensar como en la elección de anécdotas e historias.

Algunas de las opiniones políticas del autor me han chirriado muchísimo. De sus textos se desprende que, dado que nada importa y no hay que quejarse (habla, en concreto, de los "indignados"), hemos de aceptar el statu quo y tratar de ser felices en medio de todo lo malo. Es lo que llama "ser felices en el vertedero". Llámenme materialista pero considero que, aunque es posible ser feliz en la pobreza, no hay nada de malo en aspirar a mejorar de posición (ni a cambiar situaciones sociales que no nos gusten). Dicho de otro modo, es preferible ser feliz "en el palacio" y no en el "vertedero", ¿y qué tiene de malo quejarse de las cosas injustas?

En el aspecto laboral sugiere no preocuparse tampoco por nada, ya que nada importa, ¿para qué vas a mejorar o ser un trabajador excelente? Podría ser un buen consejo para evitar el estrés, pero a mí me suena a canto a la mediocridad (de la que este libro es buen ejemplo).

Sobre la pareja y el amor, el autor considera que se tiene porque se es "débil". Según él, las personas fuertes no necesitan pareja, o eso me ha parecido entender. A mí modo de ver, ni el amor ni la pareja tienen nada que ver con ser fuerte o débil: deriva del hecho de pertenecer a una especie que se reproduce por vía sexual.

En este asunto como en varios más, el autor pone demasiado el acento en el aspecto psicológico cognitivo, despreciando los imperativos biológicos que modelan nuestros comportamientos. Dado que todo es "mental", con un esfuerzo (según él, pequeño) podemos cambiar nuestras actitudes y ser "felices", independientemente de nuestros condicionamientos genéticos, hormonales y anatómicos (o de nuestra educación y entorno). Parece cosa de magia, pero no, ya lo sabemos, y el autor insiste: "es muy fácil cambiar si sabes cómo". Él sabe cómo, pero millones de personas en el mundo se "engañan".

Comprendo que este tipo de libros complacientes cumplen una función: le dicen a la gente lo que quiere escuchar, le da una esperanza (no siempre realista ni verdadera) y la sensación de que todo es posible, y sencillísimo, si uno pone de su parte. Pero el lado malo es que eso no es cierto: hay gente capacitada y con talento, con buena actitud y buenos sentimientos que no logra nada en absoluto en la vida, ni tampoco es feliz por mucho que se "esfuerce". Muchas personas se sentirán culpables si no tienen los "éxitos" descritos por el autor, (a su modo de ver, tan "fáciles", como dejar de fumar con solo desearlo o curar la depresión o la ansiedad sin medicamentos). Es injusta y hasta perversa esta forma de pensar, aparte de fomentar el conformismo.

Creo que sería más útil que la gente se educara en el sentido crítico, la ciencia de verdad y en la lógica para poder leer estos textos y desmontarlos, no dejarse engañar por falsas promesas, comprender lo que es la vida "real" y asumirla, asumir también el dolor y la infelicidad como parte de la existencia, tratando de minimizarlos con un poco de sentido común. La mejor autoayuda son la educación, la razón, la lógica y la sensatez. Y ser conscientes de que en la vida se alternan la felicidad y la infelicidad y que es perfectamente natural no ser feliz todo el rato.

¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)


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