SER FELIZ…PARA HACERTE FELIZ! (y IV)

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Pero, con el tiempo, me di cuenta que la felicidad es una opción personal de vida y que vivirla es un derecho inapelable, aunque como tal, exige valentía… y no esfuerzo, como me habían enseñado! La felicidad -como el amor- fluye desde dentro y no hay más que dejarla salir! Precisamente es resistirse a ello lo que consume gran parte de nuestra energía y, precisamente, eso mismo -su incansable búsqueda por fuera y con gran dedicación y esfuerzo- es lo que nos aleja irremisiblemente de ella. Ser feliz no es más que el que aceptemos nuestra realidad y, en ella, sepamos siempre buscar el sentido propio a nuestra existencia. Cuando uno está en ese camino, es cuando es capaz de sentirse feliz y, por tanto, es también capaz de compartir su felicidad…

La felicidad requiere del amor, para ser completa. Pero no te engañes, amar no significa necesariamente tener pareja con quien compartir la vida! Amar significa -como he dicho antes- no tener miedo. Luego el amor hacia los demás, hacia lo que nos rodea, nos brinda la posibilidad de sentirnos felices. Cuando uno ama sin miramientos y sin esperar nada a cambio, cuando uno avanza por la vida con confianza, cuando uno ve oportunidades donde tal vez los demás solo ven fracasos o adversidades, uno se siente feliz! Y solo cuando uno es feliz de esta manera, irradia felicidad y la expande hacia todos y todo lo que le rodea! ¿Has conocido a alguna de esas personas que su propia presencia -aunque sea en silencio- te provoca sosiego, complicidad y te hace sentir bien contigo mismo? Seguramente antes de llegar la felicidad, llega la paz…interior! Sin paz, es difícil sentirse bien y feliz… y mucho menos compartir la felicidad con alguien más!

Busca la paz en tu vida, rodeándote de esas personas especiales que te hacen sentir bien contigomismo y que te ayudan a ser cada día más tú mismo, creciendo y amándote. Una vez encuentres la paz interior, verás que el amor viene detrás. Y, cuando eres capaz de sentirlo, vivirlo y compartirlo sin miedo, entonces -y solo entonces- llega con él la felicidad! Nadie, por más que le ames o te ame, puede traerte la felicidad en bandeja… pero sí puede, en cambio, ayudar a amarte más a ti mismo y a todo lo que te rodea, para abrirte el corazón y vivir desde él, único y verdadero camino hacia la felicidad! Y si no llega a tu vida… es que tal vez aún no estás suficientemente preparado para acogerla como merece y siempre habías soñado!

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