El brillo de los influencers que revelan su vida privada o se revelan de una forma u otra en las redes sociales no es solo eso.
Los hay cuyo trabajo es producir contenido directamente para las redes sociales.
Un reportaje en el que se entrevista a cerca de una treintena de personas influyentes de la Universitat de València analiza a fondo algunas de las razones que dibujan un panorama laboral tan alejado de la imagen idílica que suelen proyectar las redes sociales.
Elaborado por Adrián Todolí, codirector de la Cátedra de Economía Colaborativa de la Universitat de València y catedrático de Derecho Empresarial, y Luminita Patras, catedrática de Psicología Organizacional, el estudio sirve para analizar las condiciones laborales de los creadores de contenidos, y sus propias confesiones
Por ello, las preguntas que se hacen a los influencers son sobre el horario habitual de trabajo, las horas de inversión semanales, la inversión inicial y el retorno de la inversión, como influencer, para el “negocio” de su propia marca.
Cuando se trata de influencers de tiempo completo y, por lo tanto, de aquellos que viven de este trabajo, «todos los encuestados enfatizaron la necesidad de estar conectados a la red las 24 horas del día, los 7 días de la semana, las 24 horas del día, los siete días de la semana».
A todo esto se suma el hecho de que, según los encuestados, muchas veces no se toman largas vacaciones ni abandonan sus redes “por miedo a perder contacto con seguidores o perder suscriptores”.
Asimismo, la publicación de contenidos es solo un aspecto del trabajo de sus creadores, ya que cualquier tipo de publicación requiere una preparación previa; y una post producción.
Como resultado, «los influencers dedicados exclusivamente al trabajo del creador sienten que tienen poco o ningún control sobre los ingresos generados a través de la plataforma».
Otro de los factores «más preocupantes» para el negocio del creador es la «presión» para conectarse permanentemente a las redes sociales.
¿Qué pasa con el pago de impuestos? Uno de los mayores debates que afectan a los influencers en los últimos años es precisamente el tema fiscal.
La investigación es clara al respecto: “Todas las personas que entrevistamos tenían problemas con la tributación de sus ingresos. Los macro-influencers hablan incluso de importantes multas por no declarar debidamente sus ingresos, y no por mala fe, sino por no regularizar esta actividad.
Otro problema que afecta a los creadores de contenido relacionado con la política y la actualidad es el discurso de odio.
Ante este escenario, los autores del informe sugieren una «regulación de las condiciones mínimas de trabajo» o que «las administraciones públicas ofrezcan una mayor transparencia y claridad a la hora de calcular los impuestos sobre las rentas del trabajo de los influencers».
Por ello, “se recomienda a la administración aumentar el control sobre la implementación de esta normativa, que permite a los influencers conocer cómo funciona el algoritmo”.
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