Revista Comunicación
Supongo que desvelo mi edad si digo que me eduqué audiovisualmente viendo a Lucille Ball en su vieja serie de televisión. Precisamente por eso, no puedo más que lamentar que en la película Ser los Ricardo haya sido interpretada por la reciente ganadora del Globo de Oro, Nicole Kidman (es la quinta vez que gana este premio). La actriz cómica pelirroja era conocida por su gestualidad y por sus dotes histriónicas, una capacidad que Kidman, con su rostro petrificado, simplemente no puede replicar. Es este el gran impedimento que he tenido para disfrutar de la nueva cinta escrita y dirigida por Aaron Sorkin, disponible en Amazon Prime Video. Ser los Ricardo narra el momento en el que Lucille Ball y su marido, el cubano Desi Arnaz (Javier Bardem) disfrutan de su mayor éxito de audiencia como protagonistas de la serie de televisión I Love Lucy, la gran pionera de la sitcom como la conocemos hoy. En la trama que propone Sorkin, tres cosas ponen en peligro la supervivencia del mítico show: primero, que Lucy ha sido relacionada con el partido comunista en plena caza de brujas; segundo, una posible crisis matrimonial entre la cómica y su marido; y me permitiréis que no revele el tercer problema para evitar el temido spoiler. Con esta excusa argumental, Sorkin dibuja un escenario político y pone sobre la mesa temas como las ideologías, el machismo, el feminismo, y la hipocresía de la moral conservadora estadounidense. Bardem y Kidman están francamente bien en sus papeles, a excepción de la ya mencionada incapacidad de la segunda para interpretar el talento más característico de Lucille Ball, que incluso es mencionado varias veces durante la trama. Pero donde el guión de Sorkin -autor de series como El ala oeste de la Casa Blanca y The Newsroom- brilla realmente es en la descripción de esa sala de guionistas, en la que se dan codazos por sacar primero el chiste más brillante. Los personajes de Sorkin son todos inteligentes y muy rápidos en la réplica, lo que da lugar a diálogos fantásticos. Sus tramas son muy entretenidas, pero además son apasionantes por toda la información que dan de forma muy didáctica y amena. Todo esto hace de Ser los Ricardo, un entretenimiento de primera, aunque quizás habría lucido más como una serie de televisión que como una película. La gran pega, me repito, es esa decisión de casting que, si no estáis familiarizados con Lucille Ball, quizás no os suponga mayor contratiempo. Al parecer, la actriz original pensada para el papel era otra gran actriz, Cate Blanchett. No sé si ella lo habría hecho mejor, pero me atrevo a hacer mi propuesta personal soñada: Kristen Wiig.