Ser madre de un niño hiperactivo. Parte 2.

Una vez que llega el diagnóstico uno siente dos cosas, por n lado, temor, incertidumbre, miedos; por el otro, alivio. Yo sabía que algo pasaba, y encontrar la certeza de que así era me generó alivio. Quizá muchos se pregunten ¿ Por que alivio?, Y la respuesta es sensilla, porque iba a poder comenzar a ayudarlo.

Cuando uno debe interiorizarse en una problemática que afecta a nuestros hijos, sea cual sea, se enfrenta a un torbellino de información, material, charlas, comentarios, etc, que al principio son abrumadores. Es mucho a la vez, y deseamos ser expertos e incorporar todo el conocimiento en dos días. Pero por supuesto, esto no es posible.

Uno debe poner un freno, escuchar y dejarse guiar por los que saben, ser positivos y constantes. Nos van a dar mucho material, nos van a explicar muchas cosas y, seguramente, vamos a investigar en internet. Aquí encontraremos muchísimos casos, relatos positivos, negativos, desesperados y terribles.

Ningún niño es igual, ningún caso es igual y ninguna madre se lo toma de la misma manera. Pero, a pesar de que es un momento intenso y crucial, puedo decir que se puede. Se supera y una comienza el recorrido de una nueva vida, llena de nuevas experiencias, dificultades y logros. Cada uno de los cuales es vivido, sufrido y festejado.

Lo importante de esta primera etapa es no desesperarse, dejarse contener por los afectos y guiar por los profesionales. Para una mamá cualquier problema que afecte a su hijo va a ser, en un comienzo,terrible. Pero yo pude entender que mi hijo es especial y que con mi ayuda, apoyo, contención y amor puede tener una infancia totalmente normal y seguir deslumbrando al mundo con su maravillosa sonrisa.