Si ser madre es uno de los mayores retos en la vida, sin duda alguna se complica el doble en un país desarrollado.
Embarazos no deseados, falta de educación o educación mediocre, mala calidad en el servicio de salud, son algunos de los retos que se le añaden al ya de por sí difícil rol maternal.
Y es que ese embarazo que quieres gozar a plenitud o esa infancia que no te quieres perder se ven empañados por la incertidumbre de lo que va a pasar. ¿Pasaré por una negligencia médica por el mal servicio en los hospitales públicos? ¿Tendré un futuro incierto por la falta de oportunidades en el ambiente laboral? Y sin agregar que tu trabajo soñado es aquél donde puedas equilibrar tu rol de madre y profesional. Sí claro, como que si eso existiera en el tercer mundo.
Ahora la pregunta más importante, ¿cómo puedes disfrutar si tienes a cada minuto estos interrogantes en tu cabeza? Y lo más triste es que no puedes hacer nada, bueno, no puedes hacer nada trascendental, porque cada ciudadano tiene la obligación de aportar su granito de arena a la sociedad.
Traer un hijo a la sociedad y educarlo cuando a veces ni siquiera estás educado. Pero esperen, me dirán ¿para que tienes hijos sino tienes la suficiente estabilidad mental, económica y laboral? Tienen razón. Pero créanme que la mayoría no quiere tener hijos después de los 50 años de edad.
Nuestro lema diario es: «ESTUDIA, TRABAJA Y CRÍA CON LO QUE TENGAS A MANO.»
Aunque siempre hay algo bueno en todo esto; cuando eres madre en el tercer mundo, sí o sí tienes que ser más disciplinada, sí o sí tienes que educarte, sí o sí tienes que aprovechar cada oportunidad de las pocas que existen. ¡Ánimo! Tienes la responsabilidad y el honor de criar a esos angelitos que estarán listos para cambiar la sociedad.