Dicen que ser maestro en el Perú es cosa de valientes. Sin embargo, ser maestro en el Perú implica mucho más que valentía. Para ello, se necesita de entrega y pasión; deseos de dedicar sus esfuerzos a la formación de nuevas personas, de los futuros ciudadanos; quienes harán de nuestro Perú un país mejor.
Dicen que ser maestro en el Perú es una opción que pocos están dispuestos a elegir. ¿La razón? Vivimos en un mundo competitivo en donde las demandas laborales han cambiado y, seamos sinceros, la carrera educativa no es la mejor remunerada. Sin embargo, la satisfacción que se obtiene al ser el responsable de las nuevas generaciones es la mejor remuneración que un verdadero maestro puede tener.
Dicen que ser maestro en el Perú es estar en el último escalón profesional, que antes de ser educador es preferible ser médico, administrador, ingeniero en sistemas, etc. Acaso, no es el maestro el encargado de encaminar el rumbo que nuestros alumnos seguirán, de formarlos íntegramente con la capacidad de discernir y elegir su propio futuro. Entonces, no es más justo decir que somos la base sobre la cual se cimentan las demás profesiones.
Dicen que ser maestro es cosa fácil, que no se necesita de especialistas en educación, que cualquier profesional lo puede desempeñar. Que basta con tener los conocimientos necesarios para transmitirlos a los alumnos. ¿Eso es ser maestro? ¿Podemos reducir el concepto de maestro al de un simple instructor, al de un transmisor de conocimiento? Si bien es cierto, vivimos un contexto educativo en el que muchas escuelas han sido invadidas por ingenieros, matemáticos y a fines debido a la aclamada “formación preuniversitaria” y quienes además no sólo ocupan el lugar de un maestro distorsionando su imagen sino también su sentir como tal. A pesar de esto, existen los verdaderos maestros. Aquellos que dirigen su labor más allá de lo estrictamente académico, preocupándose por la formación en valores, trabajando en el desarrollo de las capacidades, habilidades y competencias indispensables para el buen desarrollo de nuestros alumnos y futuros ciudadanos que forjarán el nuevo Perú. Aquellos que nunca dejan de aprender para ser mejores cada día y de brindar lo mejor de sí a favor de otros.
Por todo lo dicho anteriormente, hay que decir que los que decidimos ser verdaderos maestros en el Perú, no cambiaríamos por nada nuestra profesión y nuestra decisión de ser los forjadores de los nuevos ciudadanos que con su inteligencia y valores contribuirán en la conformación de una nueva sociedad, de la sociedad que anhelamos.
¡Feliz día, verdaderos maestros peruanos!
06 de julio de 2010
"Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él".
Kant, Emmanuel