Ser mujer es más caro que ser hombre. No lo digo yo, lo dice un estudio, uno serio, de los de verdad. De esos que llaman estudios de mercado.
Los investigadores norteamericanos han confirmado y demostrado que ser mujer sale caro. ¿Por qué? Por razones tan tontas como que el mismo producto en versión femenina y masculina, en el primer caso resulta que nosotras estamos más dispuestas a gastarnos más dinero, sobre todo si es ropa.
Pero en el resto de artículos, unos 800 de 35 categorías diferentes, ¿cuál es la razón? Ni idea. Son simplemente más caros. A lo mejor es porque fabricar ciertos productos en color rosa es más costoso que en azul marino, o que el algodón de la ropa básica es de calidad ultrasuperior, vete a saber.
Os podría aburrir con el estudio completo de 76 páginas, sí, he conseguido el pdf de la investigación, pero no me lo he leído entero, por quién me tomáis. Pero sí os puedo decir que viene con cuadros y dibujitos para explicar las diferencias entre los productos femeninos y los mismos en su versión masculina -o viceversa- para que quede claro que sólo cambia el precio. Más alto para nosotras.
Esto supone que a lo largo de nuestra vida nos gastaremos miles de dólares/euros/dineros más que ellos. Así que podemos hacer dos cosas, o dejarnos de tonterías de cambiar colorines para decir que algo es de chica o chico o empezar a comprar cosas unisex, o en su defecto, la opción masculina. Todo por economizar, porque lamentablemente no creo que ahora las empresas vayan a cambiar porque 4 locas decidamos hacerles boicot, bueno, tres, porque en realidad como yo soy pobre y no compro, de poco valgo.
Eso sí, ahora tengo la excusa perfecta cuando me vean en la sección de hombre comprando ropa, en vez de decir por lo bajini que me gusta más que la de chica, podré argumentar que es por ahorrar. 2x1, que se llama. ¿Veis? Yo ahorro en todo.