Revista Sociedad

Ser mujer, inmigrante e indocumentada en España

Por Glenny
“Ser mujer inmigrante y prostituta, o ser mujer inmigrante y empleada doméstica, además de estar en situación irregular”.¿Qué lleva a una persona a emigrar de su país?Desde que existe el ser humano, existe la emigración.Desde tiempos muy remotos hemos escuchado hablar de éxodo, nómadas y de otros términos relacionados al traslado de las personas de un lugar a otro.Los seres humanos desde el Homo Sapiens han luchado por sobrevivir y porque no le falte de nada a ellos ni a su familia, por lo que se han visto en la necesidad de trasladarse a otros lugares para para poder subsistir.Ser mujer, inmigrante e indocumentada en España Hoy en día, no hay un país en el mundo donde no haya personas de otras razas  y países, sin importar que este sea muy pobre o rico; si es desarrollado o subdesarrollado.
En los tiempos que corren, donde existe una crisis económica mundial y dónde los países pobres son cada vez más pobres, la población carece de muchas oportunidades, principalmente por la falta de empleo o la inestabilidad económica de su nación, lo que provoca que muchas de estas personas que ven poca salida en su lugar de residencia, se lanzan a la aventura de viajar a otros lugares de mayor desarrollo con el sueño de conseguir lo que en su patria no es posible.Son múltiples las causas que llevan a estas personas a emigrar, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones el motor principal son los problemas económicos y las carencias que sufren sus hijos e hijas. También es cierto, que otras personas deciden emigrar a países como España para mejorar sus conocimientos profesionales o simplemente porque quieren un cambio en sus vidas. En esta ocasión, hablaremos sobre las mujeres inmigrantes de Ecuador y Colombia, especialmente de aquéllas que se encuentra en situación irregular en España, y que se dedican a trabajar en el servicio doméstico y como trabajadoras del sexo; específicamente, en Galicia, Pamplona y Madrid.De los más de 5 millones de inmigrantes que hay actualmente en España, Ecuador y  Colombia ocupan actualmente según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los puestos número 4 y 5, respectivamente. De acuerdo al informe del INE publicado en enero de este año, ha habido un descenso en la población ecuatoriana de 40, 510 personas, y en la colombiana de 20, 868. 
También se puede constatar que existe un mayor porcentaje de mujeres que de hombres procedentes de Sudamérica: 53, 42%; y de Centroamérica: 59,42%. (Datos obtenidos del INE).
No obstante, esta cifra podría variar considerablemente, si a ella se le agregara la cantidad de personas en situación irregular que están en España, sin la documentación necesaria para regularizar su situación y que posiblemente no figuran en ningún tipo de registro. Muchas de estas mujeres que vienen a España lo hacen por cuenta propia o como le ha denominado Laura Oso Casas, en su estudio: “migración espontánea o autónoma”, al referirse a las que buscan sus propios medios económicos para realizar el viaje.
“Yo soy ecuatoriana, de Guayaquil, vine en noviembre del año pasado. Me vine porque la situación allá está mala. Yo trabajaba en una empresa, pero botaban del trabajo. Tuve problemas con el padre de mis hijos, me maltrataba, me amenazaba, iban a despedirme. Tengo una hermana con la residencia aquí. Entré primero en Madrid, luego vine a Galicia. Yo vine con el dinero que me dieron cuando me botaron del trabajo en Ecuador”, explica una de las mujeres que fueron entrevistadas para el estudio. Otras mujeres logran entrar a España porque un familiar o amigo les ha ayudado, mediante agencias de viajes o porque han sido engañadas por redes que trafican con personas mediante engaños, para luego someterlas a la prostitución; esto es lo que conocemos como “trata de blancas”.
Hay que recalcar que la mayoría de las entradas de estas mujeres a territorio español es mediante visado legal, y que para conseguir una visa muchas veces se valen de múltiples estrategias, debido a que cada vez son más rigurosos los requisitos que exigen las autoridades españolas para concederla, porque es una de las formas de controlar la emigración irregular. Estos visados normalmente son de turismo y caducan a los 90 días, aunque también suelen ser de menos tiempo; cuando caduca el tiempo de estadía en este territorio, las personas se quedan en situación irregular; sin documentación y es cuando comienza, en cierto sentido, la odisea para obtener la residencia española.
Sin papeles y sin trabajoComo bien sabemos, en la actualidad no se puede trabajar en España ni en ningún otro país europeo sin la documentación que acredite la legalidad de la persona en esta nación.
Ser mujer, inmigrante e indocumentada en España
Es cierto, que estar en un país sin papeles y más siendo mujer, hace que la situación sea mucho más complicada y hace a la fémina más vulnerable, poniéndola en riesgo de elegir empleo donde pueden ser vulnerados en diferentes formas sus derechos. La mayoría de estas mujeres se emplean en el servicio doméstico y en la prostitución.
  En el caso de la prostitución, muchas de estas mujeres, según se puede constatar en el citado estudio, ya vienen de sus países sabiendo que van a trabajar en la industria del sexo, normalmente porque ya conocen a alguna persona que  pertenece a ese entorno; en algunas ocasiones, también son engañadas.
Estas mujeres no sólo vienen a Madrid, Pamplona o Galicia que es donde se enfoca el estudio, sino que se encuentran en diferentes puntos de España, aunque sin lugar a dudas, hay lugares como Barcelona, Madrid y Galicia donde se concentran un buen número de inmigrantes latinoamericanas.
  En la investigación se considera que “el auge de la prostitución como fenómeno transnacional y el desarrollo de una globalización del comercio del sexo han determinado que ya no podamos considerarla como un fenómeno local o nacional sino como un fenómeno internacional donde los actores implicados pertenecen  a esferas diversas, desde la mujer prostituta y su cliente, pasando por otros actores relacionados, hasta los gobiernos y organismos internacionales”.
También asegura que “nos enfrentamos a un problema mucho más grave que el simple tráfico ya que el proyecto de inmigración se inicia con la necesidad de salir del país de origen en busca de una vida mejor y se sazona con los aspectos más negativos del mercado de trabajo y con diversas formas de explotación, no sólo centradas en la prostitución, sino también en el servicio doméstico (con jornadas de entre 60 y 65 horas semanales sin descanso) y otras ocupaciones en el sector servicio”.
De acuerdo al estudio realizado por el instituto Andaluz de la Mujer (Europa Press, - 18/08/2011),  el  90% de las mujeres que se prostituyen en España son extranjeras, y dentro de ese 95% lo hacen de forma forzada. “Las redes de explotación sexual utilizan en España a alrededor de 300.000 personas al año para atender a 1,2 millones de clientes masculinos. De ellas, el 95% están en el mercado de manera forzada. Las necesidades económicas de las víctimas y su situación de dependencia o de aislamiento social son los determinantes de ese sometimiento. En el mundo, son 40 millones las mujeres y niñas que son víctimas de esta situación”.
Otros de los trabajos en el que más presencia de  mujeres inmigrantes hay en España, es en el servicio doméstico, de las cuales la mayor parte son de Ecuador. Otras nacionalidades que abundan en el servicio doméstico son las colombiana, dominicana, peruana, entre otras de Latinoamérica.
Para realizar este trabajo se ha tomado como referencia el estudio “Estrategias migratorias de las mujeres ecuatorianas y colombianas en situación irregular: servicio doméstico y prostitución en Galicia, Madrid y Pamplona”; de Laura Oso Casas, de la Facultad de Sociología, de la Universidad de A Coruña. También se toman como referencias algunas investigaciones y trabajos publicados en Internet. 

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