Revista Opinión

Ser o no ser: la reformulación de Ciudadanos

Publicado el 22 febrero 2017 por Polikracia @polikracia

Esta entrada ha sido escrita junto con Carlos Canino, y tiene como objetivo presentar una visión contraria y una visión favorable al cambio realizado por Ciudadanos en su ideario, pasando de hablar de sus “raíces socialdemócratas” para hacerlo de “liberalismo progresista”.

Ser o no ser: la reformulación de Ciudadanos

Carlos:

En política los partidos no deben limitarse únicamente a tener un corpus ideológico – a ser posible internamente coherente – que crean digno de defensa, sino que también es necesario ser capaces de vender al electorado ese proyecto de tal manera que sea tu partido, y no otro, quien saque rédito de la propuesta. Es en la segunda parte de la ecuación donde la redefinición ideológica de Ciudadanos como partido defensor del “liberalismo progresista” corre el riesgo de hacer aguas.

Desde el momento mismo de su renovación como presidente del partido, se ha podido apreciar la estrategia que va a intentar seguir Albert Rivera en los próximos años, refiriéndose invariablemente al Partido Popular como los “conservadores”. La idea sería contraponer esa etiqueta, la de conservador, a la pretendidamente propia de “liberal” o “liberal progresista” y poder crear un espacio electoral propio y bien diferenciado de los demás. Cuestión casi de vida o muerte, como bien saben en UPyD. ¿Conseguirán su objetivo? ¿Era esta la estrategia más adecuada? Existen al menos dos elementos que podrían llevarla al traste.

Es evidente que, con el abandono de la socialdemocracia, C’s ha preferido no pelear el espacio electoral del PSOE y ha centrado la batalla en su flanco derecho. Esto es, arrinconar el PP al conservadurismo y pescar en las aguas de su electorado liberal. El primero de los obstáculos es evidente: los populares no están por la labor de seguirles el juego y van a pelear por los liberales también.

En esta lucha Ciudadanos tiene todas las de perder. En sus nuevos estatutos el PP se define como la casa común de “conservadores, liberales y democristianos” y no pocos populares se encuadran a sí mismo dentro del mundo liberal, siendo minoría los que abiertamente en los medios de comunicación se denominan conservadores o democristianos. Ciudadanos no va a tener nada fácil convencer al electorado de que el PP no es liberal en absoluto porque su capacidad de influencia mediática, con solo 32 diputados y ningún gobierno autonómico, es mínima comparada con la capacidad que tendría el PP para vender el eslogan contrario. El PP lleva usando demasiado tiempo la etiqueta de liberal como para que C’s sea capaz de quitarla del imaginario colectivo popular.

Y es que es complicado funcionar con etiquetas previamente asignadas a otros. Ya le ocurrió a Podemos con sus escarceos con la socialdemocracia y le ocurrirá a C’s con el liberalismo. En el juego de las etiquetas la forma más efectiva de tener espacio propio es usar una nueva, y por ello creo que C’s debería haber abrazado la de “socioliberal” como no pocos colegas de ALDE. Al mismo tiempo que mantienes todos los valores esenciales del liberalismo, lo distancias lo suficiente de ser “liberal” a secas como el PP y además hacia la izquierda – esto es, hacia el centro–, protegiéndote de la previsible crítica de otros partidos que por liberal entienden neoliberal.

Si el PP mantiene a Rajoy ad æternum, quien como persona sí que es la viva y orgullosa imagen del ser conservador, tal vez a Ciudadanos le salga bien la estrategia. ¿Pero y si el liderazgo se renueva con personas como Cifuentes, Maroto o Levy? La contraposición viejo-nuevo y conservador-liberal a Ciudadanos creo que le saltaría por los aires y la fuga de votantes podría ser mortal. Solo el tiempo nos lo dirá.

Ser o no ser: la reformulación de Ciudadanos

Tirso:

¿Qué es ser un liberal?, ¿cuáles son sus rasgos definitorios? A esas preguntas intenté responder aquí, pero parece claro que mil palabras no van a traer la solución a páginas y páginas de disputas. Aunque tenga mi propia definición para este asunto, preferiré optar por la de Duncan Bell que viene a decir que “es liberal aquel que se reconoce como tal y al que otros que se reconocían como liberales han definido así”. Parece claro que Ciudadanos no solo es liberal ahora, sino que lo fue antes de que decidiera eliminar las referencias a la socialdemocracia de su ideario.

Una cosa debe quedar clara: no comparto esa idea de que la socialdemocracia está “superada”, como apuntaba alguno de los dirigentes del partido naranja. Sin embargo, el Ciudadanos de 2015 y 2016 no ha sido, desde luego, socialdemócrata, salvo que compremos el relato libertario de que todo lo que no sea un estado “a la Nozick” pertenece a las filas socialistas. Puede que Ciutadans, fundado por descontentos del PSC, pudiera adscribirse a esta corriente, pero Ciudadanos a nivel nacional no.

Ciudadanos es, por tanto, un partido encuadrado en la Alianza de Demócratas y Liberales Europeos, que aboga por la libertad individual, la meritocracia y la igualdad de oportunidades. Todos ellos son rasgos de partido liberal, y no debe ponérsele otro apellido. ¿Por qué no liberal igualitario o socioliberal? Daré dos motivos para defender el por qué definirse simple y llanamente como liberal es suficiente.

Primero, porque como ya escribió John Rawls la verdadera distinción está entre los libertarios y los liberales. Un liberal acepta y potencia el estado del bienestar y cree no solo en la libertad formal de los derechos civiles y políticos, sino también en una cierta libertad material para que exista igualdad de oportunidades. Los libertarios van más asociados con ese hombre de paja que es el neoliberalismo y, según el autor estadounidense, no son liberales sino, precisamente, libertarios.

Y segundo, en conexión con este último punto, porque es hora de reivindicar el liberalismo sin complejos. Tratar de añadirle epítetos, por mucho que tengan fundamento filosófico e histórico (como “socioliberal” o “igualitario”) es ceder terreno en la batalla del lenguaje. Aquellos firmemente enraizados en la igualación “neoliberalismo-liberalismo” están más allá del nicho de votantes al que Ciudadanos debe aspirar. En su lugar, es pertinente mostrar que el liberalismo sigue siendo una fuerza a tener en cuenta, que es realmente reformista y transformador, y que no se trata de la mezcla con conservadurismo de la que ha hecho enseña el Partido Popular desde hace años.


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