Si proponemos la pregunta inicial desde un punto de vista práctico, quedaría: ¿Es él o no el que manda en algún país?
Sabemos que la vida natural de un hombre es en promedio, es de 70 años (una expectativa de vida nunca soñada por nuestros antepasados gloriosos). Siguiendo con el punto, el humano llega a caminar aproximadamente 20,000 Leguas (96’560,640 metros); en ese mismo lapso, come un promedio de 5 vacas, 23 ovejas, 20 cerdos, 1,200 pollos y 13,345 huevos y otros alimentos por estilo. Nos mantenemos parados unos 40 años y 30 durmiendo.
Pero nadie ha logrado tener una expectativa de vida, para saber, cuánto tiempo, un hombre puede gobernar, eficientemente, una nación X , en todo el mundo.
Si tomemos en cuenta, que ha llegado al final de su período de mandato (vitalicio o estipulado o por muerte natural o asesinato), sea impuesto (por elección popular, hereditario o forzado). Jamás, se encontrará el origen y el fin del poder de esta clase de mandatario.
No se puede establecer una cifra clara, mucho menos el fijar un término real de lo que es el poder, como de otros conceptos abstractos, como lo bueno, lo malo, la belleza, el amor o el ser.
Tal vez, porque nunca existen o existirán estos conceptos.
Pero si -volviendo al tema-, el ser ya un presidente reconocido como siguiente a mandar en esa nación X, podríamos hablar de la influencia, de todos lo que le apoyaron, para llegar a ese lugar. Es decir, hablando del poder vital dentro del poder nominal, que en ellos recae en sus hombros. No del poder popular, sino del que algún trumbiratum, ejerce para que él, viva en su representación, sobre la influencia del resto de personas en común.
Y para concluir, ¿si este “Elegido”, no es más que sólo el rostro de un cuerpo reducido de influencias, ¿entonces quién manda en ese país X?
¡Gracias!