Ser padres, la decisión

Ser padres es una de las aventuras más emocionantes y agotadoras de la vida.

Cuando te planteas ser padres, es porque alguno de la pareja lo ha dicho en voz alta, y a raíz de ese momento en que estáis de acuerdo comienza una nueva etapa.
Empiezas a no tomar precauciones, a informarte sobre los días fértiles, vas al médico / ginecólogo/ matrona a hacerte una revisión por saber que todo está ok, empiezas a tomar ácido folico, te preocupas más por tu salud, por lo que comes, por lo que bebes…

Y aún así el día que el test de embarazo da positivo te quedas alucinada, la mente en blanco, en shock, paralizada, ¿estoy segura de esto? ¿Estamos preparados? Te sale una risa nerviosa, te haces otro test… Os miráis, os reís, ya no hay vuelta atrás, y estáis felices.

Durante el embarazo la madre suele ser más consciente de lo que le viene encima, la maternidad, ve cada día como su cuerpo cambia, nota al bebé, las hormonas de alteran… El padre la acompaña y da apoyo, aunque sabe que será, bueno, que ya es, padre no tiene esa sensación en el cuerpo 24h.

¿Sabes de qué sensación de hablo?

Cuando me quedé embarazada de repente todo lo miraba con otros ojos, desde los escalones de las escaleras para no caerme, hasta las escenas más tontas de las películas me parecían un drama familiar para llorar a mares. Es esa sensación de que tienes algo que vale su peso x1000 en oro y que no quieres que nada malo ocurra, y te llenas de miedos durante el embarazo.

Pasan las semanas, los meses, los trimestres… vas al médico, te hacen análisis, ecografías… normalmente parecen pocas ecografías y poco seguimiento, y más si llevas tu embarazo por la Seguridad Social, pero el tiempo se pasa volando!

Preparas la habitación del bebé, sus primeras ropitas, se te queman neuronas con tanta información sobre carritos de bebé, sillas de coche, seguridad… pero todo lo haces con tanta ilusión!!!

Las últimas semanas vas a las clases preparto, y ves que no hay escapatoria, que cada semana desaparece una o dos… ¡porque han parido! y tú puedes ser la siguiente! Crees que estás preparada, física y mentalmente, pero hasta que no llega el día, el momento, momentazo, en que te dicen “estás de parto” no te das cuenta del giro que da tu vida, vuestra vida, la de tu familia.