El silencio es hermoso, sencillo, humilde y luminoso. También poderoso.
Ser solo silencio
que grita desde su profundidad
y escribir solamente con sus palabras,
palabras silenciosas,
para que el mundo pueda
sostenerse sobre el aire sin pronunciarse,
sin querer ser siempre ruido,
el más alto y el más mortífero de los ruidos
ahogando su dignidad.
Darse, entonces, cuenta
de que es el silencio el que siempre vence al mundo,
el que tiene la fuerza,
porque el silencio contiene luz y verdad,
y está por todas partes.