¿Será capaz Antúnez de difamar contra el Che en Villa Clara?

¿Será capaz Antúnez de difamar contra el Che en Villa Clara?

Norelys Morales Aguilera.- Ya se ha hecho lugar común contar con las declaraciones de personas que han optado por el mercenarismo como medio de vida, satisfaciendo a la maquinaria mediática diseñada contra Cuba.
El cuadro que pintan de la Isla aquellos que andan de viajeros políticos, queda desmentido a su regreso cuando ninguno es reprimido como declaran, después de haber disfrutado de abultados gastos por varios países, corroborando que viven en Cuba fuera de la realidad y precisamente no como cubanos medios.
Uno de esos sujetos es Jorge Luis García “Antúnez”, cuyas más reciente declaraciones confirman lo dicho, ubicándose más allá de los ultraconservadores de Miami (terroristas incluidos), como aquellos caballeros cortesanos más recalcitrantes que los de “sangre azul”.
No me detendré en sus afirmaciones de que en Cuba no hay cambios, cuando hasta el propio actual jefe del imperio, Barack Obama, los ha señalado, a contrapelo de Estados Unidos que no cambia. Ni siquiera voy a responder mentiras más o menos, que insultan a cualquier inteligencia. 
Sin embargo, me pregunto si Antúnez será capaz de decir en Villa Clara que el Che fue un asesino.
Creo, que mareado entre terroristas, que mientras más estupideces diga mejor le pagan, ha pasado un límite que hiere la sensibilidad y debiera saberlo.
Si de verdad conociera su país, comprendería que esos mismos jóvenes a quienes trata como tarados intelectuales no se lo van a permitir en Villa Clara.
El Che no es un mito, Antúnez.
Che es una verdad legítima que acompaña a muchos en este mundo y a los cubanos, a los villaclareños en particular, en esa misma Santa Clara y Placetas, que tanto desprecia como un buen traidor de poca monta.
El Che es un símbolo que con su idiotez y ceguera no va a manchar.
Hay que ver los liderzuelos que genera el terrorismo miamense, capaces de ir contra lo intocable en el ideario cubano.
Alguien debería aconsejar a Antúnez para ver si un mercenario, que se ha envilecido tanto, puede ser respetado.