Cada mañana me levanto ( y cada noche me acuesto), pensando: "Será hoy cuando me pondré de parto?". Me quedan muy pocos días para salir de cuentas y yo ya estaba mentalizada para que la niña quizá se adelantase, pero parece que no...
La recta final se hace muy pesada. Tengo un barrigón que me resulta ya muy incómodo, nada idílico ni romántico. Prácticamente he echado a mi marido de la cama, tal es la cantidad de almohadas que meto, pues ya no sé cómo ponerme para estar medianamente cómoda. Las tetas ya no se apoyan en la barriga cuando me siento, como ocurría hace un par de meses, porque el barrigón ha bajado. Será cosa de los kilos y la gravedad, que ya se sabe que esta fuerza es directamente proporcional a la masa...
Dormir es un decir. Si me pongo de lado me duelen las costillas, boca arriba la espalda y parece que me falta el aire, etc.
Chiquinina, yo creo que ya no cabes bien ahí dentro, así que anímate a pesar de los frios polares, y sal pronto ¡que te estamos esperando!