Su creador, el doctor Gregg Homer, espera que la aprobación llegue dentro de tres años. La idea se basa en que los ojos grises, en realidad, son azules, pero es la capa de un pigmento, la melanina, la que les da el aspecto grisáceo. La operación consiste en un láser que corta la vía por la que el pigmento llega al ojo. El cambio del color sucederá paulatinamente en unas tres semanas.
