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Séraphine (Martin Provost, 2.008)

Publicado el 01 abril 2010 por Rugoleor @rugoleor

Séraphine (Martin Provost, 2.008)

Título original: Séraphine

Título en Argentina: Séraphine

Director: Martin Provost

Guionistas: Marc Abdelnour

  Martin Provost

Intérpretes: Yolande Moreau

  Ulrich Tukur

  Anne Bennett

  Geneviève Mnich

  Nico Rogner

  Adelaïde Leorux

  Serge Larivière

Productores: Milena Poylo

  Gilles Sacuto

Fotografía: Laurent Brunet

Música: Michael Galasso

Montaje: Ludo Troch

Nacionalidad: Framcia

  Bélgica

  Alemania

Año: 2.008

Duración: 125 minutos

Edad: 7 años

Género: Biopic

Distribuidora: Golem Distribución, S. L.

Estreno: 08-05-2.009

Página WEB: Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en You Tube

Calificación:

Crítica: 7,339 Espectadores: 69.867

Vizcaya: 6,636 Recaudación: 408.303,27 €

España:   Puntos (Popularidad): 0

Rugoleor:   Índice de popularidad: 0

Sinopsis:

Séraphine de Senlis fue una mujer francesa nacida en 1.864 que fue pastora, ama de casa y, finalmente pintora antes de hundirse en la locura.

Crítica:

14.05.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA

El fuego camina con ella

Con “Séraphine” estamos ante la gran triunfadora de los premios César del cine francés, equivalente al Goya español o al Oscar norteamericano. Cuenta la historia de Séraphine de Senlis, una humilde sirvienta reconvertida en talentosa pintora, hoy injustamente olvidada, que entre la I y la II Guerra Mundial desarrolló una fecunda creación artística. Personaje encarnado de forma patética por la excelente actriz Yolande Moreau, capaz de convencer al más recalcitrante espectador. Se trata, en cierta medida, de una suerte de Vincent Van Gogh en plan fémina, aunque su paleta sea distinta a la del autor de “La noche estrellada”. Sin embargo, ambos destilan ese gramo -o quintales- de locura que hace que sus obras sean tan geniales.

Una mujer maltratada en su tiempo por un entorno hostil, despreciada por la fuerzas vivas del lugar donde vivió, en la Francia profunda, y sólo el coleccionista alemán Wilhelm Uhde supo entrever la insólita valía de sus pinturas. Así pues, una mujer herida en lo más hondo de su ser es la protagonista del presente 'biopic', filmado con sobriedad y una duración excesiva por el inquieto cineasta Martin Provost (“El vientre de Juliette”), dispuesto en todo momento a reivindicar al personaje en cuestión.

Película en sintonía con las humillaciones sufridas por otra artista señera, la escultora gala Camille Claudel. Pero, lo que está detrás de “Séraphine”, es la pura y dura creación artística, el fuego interior, esa ardiente llama que impulsa a una persona a expresar de forma hermosa sus más íntimas obsesiones. Ahí está el meollo de la cuestión de un filme como el de Provost: esa maravillosa y dulce recompensa, a pesar de su siempre problemático descenso a las fuerzas oscuras de la locura, a esos abrazos turbios con los pinceles, el cincel, la pluma, la cámara o el ordenador. Ese instante sublime y a veces inquietante en que se arroja del lecho a la vieja y estéril razón y se toma apasionadamente a la hija de la vida por esposa.


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