Revista En Femenino

Seré bimadre: tercer trimestre de embarazo y pá lante

Por Mamás_besos @mama_besos

3rtrimestre

Si durante el segundo trimestre de embarazo os contaba que me pasaba el tiempo volando, pues sigo en lo mismo,  no me he dado cuenta y ya me he colocado en la semana 34. Por suerte, excepto la maldita ciática y el dichoso mal gusto en la boca, todo lo demás va viento en popa y a toda vela, sobretodo el renacuajo, que va camino a atrapar a su hermano en cuanto a peso de nacimiento se refiere (¡¡en la semana 32 ya pesaba 2,5 kg!!). Así que todo hace presagiar que si llega hasta el final llegará de sobras también a los 4 kg. La verdad, que si tiene algo de positivo es que será dar a luz y quedarme con el mismo peso de antes nada más salir del paritorio.

El cuerpo cada día va arrastrándose un poco más, más cansada, pero mis ganas de verle ya la carita son directamente proporcionales al cansancio. Y en cuanto a las pruebas del tercer trimestre, destacar:

  • La ecografía morfológica del tercer trimestre. Todo genial y le pudimos ver otra vez esos mofletones que tiene
    🙂
  • La analítica de control. Espero haber mejorado de la anemia y que la tiroides se mantenga a ralla.
  • Vacuna de la tosferina. No he dudado en ponérmela para proteger al renacuajo, y más aún cuando ya sabéis que hace tres veranos yo sufrí en mi propia piel esta enfermedad (ver Yo pasé la tosferina).
  • Y los controles ginecológicos de rigor.

Si tuviera que definir el tercer trimestre en pocas palabras sería:

  • Pesadez.
  • Cansancio.
  • Dolor de espalda. De momento lo voy controlando con la faja que os comenté la otra vez, ejercicios con la pelota gigante, masajeando el culete con una pelota pequeña y yendo a una masajista especializada en embarazadas. Y espero que así se mantenga a raya y no vaya a más.
  • Síndrome del nido. La verdad es que en el segundo embarazo una se lo toma todo con mucha más caaaaaalma. Una confía en que ya tiene dominado el tema y todo lo deja para el día siguiente, hasta que una noche una se desvela sobresaltada con eso de “¡¡¡¡¡ya estoy llegando al final y no he preparado nada!!!!!”. Y a partir de aquí se forma la hecatombe.

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Hasta que al final una consigue serenarse…

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…y tomar las riendas del asunto hasta conseguir que en el nidito de su futuro retoño esté todo en orden.

Y así fue como hace unos días ya empezamos a desenvolver los trastos, ropa y juguetes que usó el Peque, para lavarlos, descartar las cosas rotas y hacer la lista de nacimiento que básicamente son recambios de piezas y alguna cosita que eché de menos la otra vez. Pero vamos, poca cosa. ¡¡Lo que una se ahorra en el segundo embarazo!!

Y en cuanto al Peque, últimamente su carácter ha cambiado, volviéndose algo más rebelde y contestón. Deducimos que para llamar nuestra atención, ya que al ver todo este nuevo movimiento en casa se debe sentir algo desorientado sin saber bien bien, todo lo que se avecina. Esperemos que con el nacimiento del renacuajo y mucha paciencia, poco a poco vaya asimilando la nueva situación y que las aguas vuelvan a su cauce.

Y vosotras, ¿también padecisteis el síndrome del nido?. ¿Qué recordáis más del tercer trimestre? ¿Cómo llevó vuestro hijo mayor el embarazo de su hermano? contadme, contadme…


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