«Nunca podré contar lo que me ocurrió si no hablo antes de ella. Todo ese sufrimiento, todas las guerras que he tenido que librar en mi cabeza, todo el odio; todo es por su culpa. Me llamo Grace Montgomery y esta es la historia de cómo Hanna me hizo creer que sería feliz. Su voz no intentaba embellecerme, intentaba matarme». Grace Montgomery se odia. A pesar del amor de su pareja, de sus amigos, de su familia, nunca se ha sentido suficiente. Todo empieza a cambiar tras la muerte de su compañera de clase, Hanna, después de años luchando contra la anorexia. La joven deja su diario en manos de Grace antes de morir. A través de sus palabras, Grace conoce los misterios de su pasado, mientras su presente se va contagiando de la mentalidad enferma de Hanna.
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Hoy, por fin, hablaré del libro que gané en el sorteo que organizaron las chicas de Detrás Del Conejo Blanco. Digo «por fin» porque lo tengo en casa desde hace tiempo pero no quise leerlo hasta no disponer de tiempo en condiciones.
El libro lo conocí gracias a la reseña que hicieron en el blog y la verdad es que me llamó mucho la atención, por eso participé en el sorteo. Aunque, también debo decir, que al no saber muy bien qué es lo que me iba a encontrar, tenía alguna pequeña duda. Es algo que me ocurre con los libros de los que no conozco al autor y supongo que os ha pasado a todos alguna vez.
A pesar de que acabé el libro hace unos días, quise “rumiarlo” un poco antes de hablar sobre él. Beatriz Esteban Brau utiliza un lenguaje sencillo, cercano, para contarnos una historia muy dura y sin tapujos. No se deshace en metáforas ni en sinónimos para describir la anorexia nerviosa. Me atrapó tanto que me obligué a dejar de leer cuando llevaba más de la mitad para no acabarlo de una sentada. Y… porque me estaba metiendo demasiado en la piel de Grace, necesitaba desconectar y volver a mi realidad.
No sufrí esa enfermedad, sin embargo me resultó fácil verme reflejada en algunos pensamientos de Grace. No sólo por la empatía, sino porque hay demonios presentes en varios tipos de problemas/épocas chungas.
Me ha gustado muchísimo este libro. Todo se va desarrollando con buen ritmo, de una forma muy natural, incluida la pequeña historia de amor. No es un puto insta-love tan de moda en las historias románticas. Además, Caleb es un buen ejemplo de buen tío, de buen novio; algo escaso en la literatura juvenil actual. Ya sabéis que no me gustan las cursiladas pero hay un par de momentos con Caleb que me han gustado porque van más allá de unas palabras cursis. Sus palabras no son piropos, son palabras de alguien que realmente valora a la otra persona y le gusta en sus momentos más cotidianos.
Pero la historia de amor no es lo más importante de esta historia. Lo más importante es, sin duda, el mensaje de esperanza que transmite. Se puede salir de ese infierno, se puede volver a ver la vida sin números de por medio.
Lo único que me pareció repentino ha sido la manera en la que Grace comenzó su autodestrucción. Después de leer la primera página del diario de Hannah. Hasta ese momento yo la había visto como una chica normal a la que no le importa lo que piensen los demás y no le da muchas vueltas a cómo se ve ella misma. Me hubiese gustado que el cambio fuese un poco más progresivo, aunque a medida que estamos llegando al final, nos enteramos de que esos complejos estaban presentes de una manera u otra dentro de su cabeza.
Antes de leerlo me parecía un buen libro para que recomendasen en los colegios e institutos. Después de leerlo, lo reafirmo. Como he dicho antes, habla de la enfermedad llamándole a cada cosa por su nombre. Ayuda a entender mejor cómo funciona la mente de una persona que está pasando por ello y cómo la enfermedad te destruye a nivel físico, emocional, mental, fisiológico, etc. Pero no os equivoquéis. Es una novela, no un libro de auto-ayuda ni uno de esos que pretenden imponer los pensamientos del autor.
En los agradecimientos podemos leer a personas que han pasado por esto (o conocen a alguien) y les ha ayudado. Los que más llamaron mi atención fueron aquellos que han dicho que gracias al leer la historia han dado el paso de contarlo en casa y/o pedir ayuda. Creo que sólo por eso ya merece la pena recomendarlo, comprarlo, leerlo.
Para terminar, algo que no suelo comentar: la portada. Si bien la impresión de la fotografía no es perfecta (es un detalle de los que pocos se darán cuenta), el tacto es INCREÍBLE. Se asemeja a la piel de melocotón y hace que quiera tocarlo todo el día xDD
Puntuación: 7/10
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