Revista Espiritualidad
*JOSE J. RIVERO Decía Fiodor Dostoievski: “Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular”. Es importante comprobar cómo la confianza en los demás juega un papel crucial en la forma en cómo estructuramos nuestro mundo y cómo nuestras tomas de decisiones se ven afectadas por los otros, ya que para nosotros son una prioridad. Cuando hablamos de libertad, no lo hacemos desde el punto de vista de la soledad, o como John el salvaje de Un mundo feliz, de Aldous Huxley, que aunque era el más humano de todos se siente solo y termina enamorándose de Lenina de forma desesperada y espiritual pero al final la rechaza, llegando incluso a odiarla y a la desesperada huye porque cambiar el mundo implicaba contar con los demás.
La generosidad y la amabilidad forman parte de nuestro repertorio de fortalezas personales, muy relacionadas con la bondad, siendo comportamientos de tipo prosocial, con el objetivo de centrarte en el otro, pero esto a la vez me reconstruye y me devuelve una satisfacción muy alta, la realización de buenas obras o de favores con el único objetivo de ayudar al otro, de entender que eres parte de algo mayor como es nuestra sociedad, conformada por algo mayor, nos hace sentir miembros de ella, lo que nos potencia nuestro bienestar social. Así nos esforzamos por mejorarla sin esperar nada a cambio. Uno de los estudios de Martin Seligman, en la Universidad de Pensilvania, iba dirigido a ver cómo influían en nosotros algunos comportamientos solidarios y altruistas, y sabes que la conclusión nos plantea que cuando más aumenta nuestro bienestar es realizando una acción altruista a un desconocido. Como digo en muchas conferencias, es importante que sepas que no hace falta que vayas con una gran ONG a ningún lugar perdido del mundo, eso está relacionado con el sentido y la pertenencia e incluso con la vida entregada. En este sentido encontramos gratificante dar tu mejor versión a los demás, ayudando a otras personas en tu día a día, independientemente de tu relación con ellas, potenciando el altruismo y la solidaridad en tu vida. Para potenciar esta felicidad en tu vida es importante que hagas tres actos bondadosos a la semana, pero hablo de pequeños favores o puedes llamar a algún amigo que esté enfermo o triste y darle ánimos, todo ello sin duda potenciará nuestra convivencia en positivo, haciéndonos mucho más felices. *Psicólogo y miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva