Pero lo que no vamos a aceptar bajo ningún punto de vista es que, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se le haya ocurrido la descabellada idea de restringir las importaciones de jamones de Italia y España.
Como se podrá andar por
la vida sin la posibilidad de degustar de esos aromas y colores tan propios y
particulares del prosciutto di San Daniele, o de Parma, o bien de Fabbriano,
una bella porchetta o unos “ jamonitos”
de Guijuelo, de Teruel, de Sevilla, o un serrano gran reserva, todos obviamente
acompañados por generosos vinos ?
Los ancianos sabios dicen
que en la vida solo hay tres placeres, los tres inician la palabra que los
identifican con la letra “c” y comer, uno de los tres no será un placer si
faltan los “jamonitos” porque los otros dos también perderán sentido.
Para ubicar al Sr.
Secretario de Comercio Interior en lo desacertado de su decisión, es bueno
recordar unos versos que Mario Rojman el “Payador Urbano” escribiera luego que
la Sra. PresidenTe, hablara sobre las bondades del consumo de la carne de
cerdo, jamones incluidos por supuesto:
“Se ha incrementado la
venta
del cerdo y sus
derivados,
después de haber
escuchado
a nuestra gran
Presidenta.
Un grato perfume a menta
le da su toque sensual,
a un pueblo reverencial
que celebra con fervor,
todo el mensaje de amor
de un discurso magistral.
Las propiedades del cerdo
eran para mí un enigma,
desde hoy son un
paradigma,
y la vaca, es un
recuerdo.
Desde ahora no me pierdo
ni un carré, ni un
matambrito,
solomillo, choricitos,
el tocino, la panceta,
patitas con vinagreta…
y de postre, un
lechoncito.”
Como se ve, el hombre
está desobedeciendo a su Jefa:
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